Rescato el tema y, probablemente, será la parte final de mi monólogo.
Este pasado viernes pasé por Fnac y recogí mi copia de
Letter To You.
Decidí aproximarme a él a la antigua usanza, al fin y al cabo, nadie te obliga a escuchar un disco antes del mismo día de su lanzamiento: preferí acogerme al ritual de la espera y la primera escucha en solitario con el libreto en mano (que, como siempre, incluye todas las letras; nunca he entendido que haya quien te meta cuatro fotos y a correr, después de gastarte el dinero...un poco más de mimo en las cosas, por favor.)
No me veo capaz de hacer un análisis exhaustivo en esta tesitura, porque creo que podré valorar mejor el álbum con más distancia. Aún así, explicaré algunas cosas.
Me conformaba con material nuevo que justificase la promesa de otra gira. Pero no. Qué duda cabe de que
Letter To You es un muy buen disco.
Encuentro la parte central algo más floja con un par de temas cuyas melodías parecen confundirse en una primera escucha. (“¿Se habrá dado cuenta Bruce de que
'Last Man Standing' y
'The Power of Prayer' son la misma canción?”, decía un seguidor hace días en un foro). Escuchas posteriores ayudan a apreciar mejor sus singularidades. Y supongo que su sentido tendrá que estén una detrás de la otra.
Se trata de un disco que estoy disfrutando de principio a fin, eso sí. Melodías bonitas, pura maestría instrumental con una producción adecuada -no le pasó esto último al disco
Magic, por desgracia, que fue mi primer disco obviando el
Essential.-
Comienza de un modo atípico, con la preciosa
'One Minute You're Here' que funciona a modo de transición con el disco anterior, abriendo el disco en una suerte de prefacio epistolar. Habla de la futilidad del tiempo y la pérdida, con serena aceptación.
Un concepto que te encuentras en otros momentos del disco. Claramente, es el álbum que ha creado alguien que, tras ver morir a varios amigos, considera que el tiempo se está acabando y comparte sus reflexiones al respecto.
Pero, por encima de todo, el disco me parece hermoso. No predomina la tristeza, pone en relieve la amistad, celebra los grandes momentos de la vida y cierra el disco diciéndonos que la muerte no es el final. Emociona. Si esto termina siendo el último disco de esta maravillosa banda, deja el listón bien alto y un buen sabor de boca, sin duda. Algo bueno tenía que traer 2020.
Las tres canciones traídas directamente de los 70 - Bruce las compuso con 22 años-, no desentonan en el conjunto, así que parecen haber encontrado el disco preciso para brillar con todo su esplendor.
Tiene sentido que las rescate a modo de tributo a sus inicios, volviendo la mirada atrás en la narración de esa carta tan personal. Parece que la etiqueta inicial de ‘nuevo Bob Dylan’ le incomodaba y relegó ciertas composiciones para apartarse de las comparaciones. Ahora le gustaba la idea de cantar esos temas con su voz actual. Pues adelante.
Mi favorita de ese triplete, por ahora, es ‘
Janey needs a shooter now’, menuda joya: la banda al completo, el momento armónica, la interpretación… desde luego, no tendrá la voz más espectacular del mundo, pero no le falta pasión. Un 10.
‘Burnin’ Train’ no me cansaría de escucharla, qué subidón. No puedo evitar imaginarla abriendo conciertos. Es una pena, pero aunque Bruce prometió una fiesta “cuando todo esto acabe”, no consigo imaginar que vaya a poder celebrarse una gira siquiera en 2022, como él mismo aventuró. Bueno, quién sabe.
Confío en que existirá esa oportunidad de dejarnos llevar por ese tren en llamas y corear como si no hubiese un mañana: “Estoy vivo, y siento la sangre estremecerse en mis huesos.”
Os dejo el documental acerca de la grabación del disco, subtitulado en español, por si a alguno de vosotros se le ocurre echarle un vistazo.
¡Saludos!