“He conocido a muchos famosos a lo largo de los años y Michael fue el mas amable. Estábamos alojados en Sun City en Sudáfrica cuando entró en la zona de recepción con sus guardaespaldas, una niñera y sus dos hijos (muy pequeños por entonces, él llevaba a Prince y Paris iba en un carrito). Mis padres pensaron que era un imitador, pero cuando los fans comenzaron a rodearle, mis padres me hicieron una foto en la que se veía detrás de mí. Yo estaba enfadada porque él se fue a su habitación y yo quería una foto mejor con él, así que le buscamos por todas partes. La gente del hotel no tenía permitido decir dónde estaba. Cuando fuimos a la farmacia del hotel había una enorme cantidad de gente fuera. Michael estaba comprando dentro. Mi madre le preguntó a los guardaespaldas si podíamos entrar para "comprar algo urgente". Se lo preguntaron al farmacéutico y éste le preguntó Michael si podíamos entrar. El asintió. Así que estábamos dentro con él y me sentía culpable porque básicamente habíamos mentido para entrar. Mi madre no paraba de susurrarme, "hazle una foto, esta es tu oportunidad". Cuando vio el flash se dio la vuelta y vino hacia mi, pensé que me iba a gritar por hacerle una foto sin permiso. Se acercó y me dijo "¡Hola!" Me quedé en shock y no pude decir nada. Me preguntó mi nombre y honestamente no recuerdo si le contesté, tenía 10 años y era la mayor fan de Michael Jackson. Era muy alto y delgado y su voz sonaba realmente dulce cuando habló con nosotros. Parece ser que se alojaba regularmente en ese hotel y estaban acostumbrados a tenerle allí".
