katie
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En mayo de 1997, la segunda vez que vino a Varsovia para firmar una carta de intención con las autoridades polacas. Él quería crear con nosotros un gran parque de atracciones familiar.
Me acuerdo de la multitud de personas que lo rodeaban y acamparon en el Hotel Marriott, Michael se desplazaba en una gran furgoneta, cobertura en directo en los medios. La estrella tuvo una agenda muy apretada, visitó muchos lugares de Varsovia. Obligada visita a una tienda de juguetes. Esperábamos que se vistiera con uniforme rojo que recuerda a los uniformes de Napoleón. Recuerdo que estábamos parados en una fila, que vino acompañada de escolta, él me miró y susurró algo a su guardaespaldas. Luego firmó autógrafos y se hizo una foto con nosotros, hasta que finalmente desapareció entre las estanterías absorbido por los juguetes, que él tanto amaba.
Me acuerdo de la multitud de personas que lo rodeaban y acamparon en el Hotel Marriott, Michael se desplazaba en una gran furgoneta, cobertura en directo en los medios. La estrella tuvo una agenda muy apretada, visitó muchos lugares de Varsovia. Obligada visita a una tienda de juguetes. Esperábamos que se vistiera con uniforme rojo que recuerda a los uniformes de Napoleón. Recuerdo que estábamos parados en una fila, que vino acompañada de escolta, él me miró y susurró algo a su guardaespaldas. Luego firmó autógrafos y se hizo una foto con nosotros, hasta que finalmente desapareció entre las estanterías absorbido por los juguetes, que él tanto amaba.
Recuerdo sus ojos grandes y negros, y se cubrió la cara con una bufanda de seda. La sacó durante su próximo viaje - en un orfanato en Varsovia 'Ochota'. No podía mirarlo muy de cerca - no más de un metro. En su rostro pálido bajo una capa de glaseado notado una red de pequeñas cicatrices. Me acuerdo de la multitud de personas que lo rodeaban. Los niños del barrio treparon la valla y le llamaban, y les saludó. Espontáneamente me tocó el brazo. Él dio un paso atrás, pero lamentablemente no se dio la vuelta. Sus guardaespaldas estaban enojados con mi comportamiento, y me echaron.
Probablemente ese encuentro y la foto que me hice con él se valorarían positivamente en alguna subasta. Pero yo no quiero deshacerme de los recuerdos. Al final, incluso la pequeña reunión con el rey del pop es algo. Sobre todo si te das cuenta que ya no volverá.
Foto del archivo privado de Robert Patoleta (empleado de la antigua tienda de juguetes).
Vía Love Live Forever
Foto del archivo privado de Robert Patoleta (empleado de la antigua tienda de juguetes).
Vía Love Live Forever
