Siberian Husky
Con el alma y mente puestos en mi madre
Buenos días,
Hoy me corresponde pronunciarme acerca de la quinta pista, Slave to the Rhythm, filtrada hacía algunas horas.
Tras el particular fiasco que acarreó la adaptación del productor Stargate de A Place with No Name, personalmente estimo que el álbum Xscape no podía decaer en lo sucesivo tanto el vuelo más de lo ya percibido, partiendo desde una premisa un tanto positiva acerca de la óptica que del asunto uno pudiera concitar en ese sentido.
Por tal motivo -pareciera como si los responsables de este proyecto hubieran alineado juntas deliberamente a ambas, a fin de resarcir al oyente con la última de ellas, tras el mazado recibido con la inmediatamente anterior, para hacerla parecer más de cuanto en realidad supone-, Slave to the Rhythm aguanta el tipo, pudiendo ser, al menos, digerida sin estragos de carácter amargo.
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Mis observaciones, referidas en las líneas enumeradas a continuación:
a) El prólogo introductorio, marcado por la amenización de una banda sonora de trasfondo cinematográfico, invita a cualquiera a albergar prometedores -y alentadores- propósitos acerca de la gratas expectativas deparadas en torno a la canción. Más tarde comprendí que Timbaland directamente la importó de la versión original de Michael -datada alrededor de 1989-, procedente de las sesiones de grabación de Dangerous, hasta entonces jamás escuchada por servidor de mí.
b) Pero, conforme se suceden los minutos, va perdiendo fuelle de forma gradual e irremediable, hasta diluirse en el magma de la indiferencia. La base instrumental no anima al espectador a renegar de ella como una exhalación (aunque, en honor a la verdad, prácticamente, no ofrece ninguna variante de novedad visible con respecto al extracto emitido con motivo del anuncio publicitario del nuevo teléfono móvil de Sony, lo cual aminora la sensación de sorpresividad e incertidumbre ante lo desconocido, habiéndosele suprimido el fragmento de cuerda presente en el comercial), pareciendo haber sido concebida para ambientes de tipo urbanita. Una baza, pues, perdida en la recámara; hoy hemos asistido a la confirmación de que la última canción retrabajada, Xscape, versará en torno a los acordes ya facilitados (seis segundos) como antesala a la emisión de la entrevista efectuada a los realizadores de este trabajo discográfico.
c) El principal menoscabo a reprochar a Timbaland residiría en la escasa contundencia de los arreglos aplicados al estribillo principal, frente a la versión existente de 2010, remezclada por Tricky, en mi opinión, más fiel a la intensidad que reclamaba la letra, lo cual aplana la visión global del tema, confiriéndole una pátina un tanto predecible y convencional. Parecieran haber anestesiado la esencia de la misma. Pero, en función del modelo de consumidor cultural de masas medio, podría dejarse oír.
d) El marchamo electrónico que impera a lo largo de todo el metraje, ¿podría ser producto de un estratagema encubierta encaminada a publicitar el ejemplar recientemente puesto a la venta por la compañía japonesa Sony (el Xperia)? ¿O fue seleccionada esta canción, precisamente, por tal causa?
Puntuación otorgada (*):
a) Slave to the Rhythm -versión Timbaland-: B-/B.
b) Slave to the Rhythm -versión original (emanada de las sesiones de Dangerous)-: B.
c) Slave to the Rhythm -remezcla de Tricky para el álbum Michael, de 2010-: B+.
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Un cordial saludo a todos.
Hoy me corresponde pronunciarme acerca de la quinta pista, Slave to the Rhythm, filtrada hacía algunas horas.
Tras el particular fiasco que acarreó la adaptación del productor Stargate de A Place with No Name, personalmente estimo que el álbum Xscape no podía decaer en lo sucesivo tanto el vuelo más de lo ya percibido, partiendo desde una premisa un tanto positiva acerca de la óptica que del asunto uno pudiera concitar en ese sentido.
Por tal motivo -pareciera como si los responsables de este proyecto hubieran alineado juntas deliberamente a ambas, a fin de resarcir al oyente con la última de ellas, tras el mazado recibido con la inmediatamente anterior, para hacerla parecer más de cuanto en realidad supone-, Slave to the Rhythm aguanta el tipo, pudiendo ser, al menos, digerida sin estragos de carácter amargo.
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Mis observaciones, referidas en las líneas enumeradas a continuación:
a) El prólogo introductorio, marcado por la amenización de una banda sonora de trasfondo cinematográfico, invita a cualquiera a albergar prometedores -y alentadores- propósitos acerca de la gratas expectativas deparadas en torno a la canción. Más tarde comprendí que Timbaland directamente la importó de la versión original de Michael -datada alrededor de 1989-, procedente de las sesiones de grabación de Dangerous, hasta entonces jamás escuchada por servidor de mí.
b) Pero, conforme se suceden los minutos, va perdiendo fuelle de forma gradual e irremediable, hasta diluirse en el magma de la indiferencia. La base instrumental no anima al espectador a renegar de ella como una exhalación (aunque, en honor a la verdad, prácticamente, no ofrece ninguna variante de novedad visible con respecto al extracto emitido con motivo del anuncio publicitario del nuevo teléfono móvil de Sony, lo cual aminora la sensación de sorpresividad e incertidumbre ante lo desconocido, habiéndosele suprimido el fragmento de cuerda presente en el comercial), pareciendo haber sido concebida para ambientes de tipo urbanita. Una baza, pues, perdida en la recámara; hoy hemos asistido a la confirmación de que la última canción retrabajada, Xscape, versará en torno a los acordes ya facilitados (seis segundos) como antesala a la emisión de la entrevista efectuada a los realizadores de este trabajo discográfico.
c) El principal menoscabo a reprochar a Timbaland residiría en la escasa contundencia de los arreglos aplicados al estribillo principal, frente a la versión existente de 2010, remezclada por Tricky, en mi opinión, más fiel a la intensidad que reclamaba la letra, lo cual aplana la visión global del tema, confiriéndole una pátina un tanto predecible y convencional. Parecieran haber anestesiado la esencia de la misma. Pero, en función del modelo de consumidor cultural de masas medio, podría dejarse oír.
d) El marchamo electrónico que impera a lo largo de todo el metraje, ¿podría ser producto de un estratagema encubierta encaminada a publicitar el ejemplar recientemente puesto a la venta por la compañía japonesa Sony (el Xperia)? ¿O fue seleccionada esta canción, precisamente, por tal causa?
Puntuación otorgada (*):
a) Slave to the Rhythm -versión Timbaland-: B-/B.
b) Slave to the Rhythm -versión original (emanada de las sesiones de Dangerous)-: B.
c) Slave to the Rhythm -remezcla de Tricky para el álbum Michael, de 2010-: B+.
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Un cordial saludo a todos.