Marvin Gaye: la espina que tiene clavada Quincy Jones
El legendario productor se lamenta de no haber llegado a trabajar con uno de los reyes del soul
Quincy Jones ha hecho recuento de los numerosos artistas a los que ha producido y considera que al menos le falta un nombre: Marvin Gaye.
El productor ha tenido la oportunidad y la suerte de haber trabajado con artistas como Michael Jackson, Ray Charles, Frank Sinatra, Ella Fitgerald, y un larguísimo etcétera.
“Marvin y yo hablamos de hacer un álbum juntos hace mucho tiempo. El siempre pensó que tendría todo el tiempo del mundo, yo siempre pensé que él tendría todo el tiempo del mundo. La última cosa que podía pensar es que él se fuera a marchar antes que yo”, le ha contado a asociated Press en una reciente entrevista.
Marvin fue tiroteado por su propio padre, el reverendo Gaye, en 1984. Jones ha dicho que si no trabajaron antes juntos es por el miedo de Gaye a que las presiones de la grabación y producción del disco echaran a perder su amistad con Jones. Los dos siempre fueron grandes amigos.
“Él sabía que yo le adoraba, y viceversa. Es una magia que no puede ser descrita”, apostilla Quincy Jones.
El legendario productor se lamenta de no haber llegado a trabajar con uno de los reyes del soul
Quincy Jones ha hecho recuento de los numerosos artistas a los que ha producido y considera que al menos le falta un nombre: Marvin Gaye.
El productor ha tenido la oportunidad y la suerte de haber trabajado con artistas como Michael Jackson, Ray Charles, Frank Sinatra, Ella Fitgerald, y un larguísimo etcétera.
“Marvin y yo hablamos de hacer un álbum juntos hace mucho tiempo. El siempre pensó que tendría todo el tiempo del mundo, yo siempre pensé que él tendría todo el tiempo del mundo. La última cosa que podía pensar es que él se fuera a marchar antes que yo”, le ha contado a asociated Press en una reciente entrevista.
Marvin fue tiroteado por su propio padre, el reverendo Gaye, en 1984. Jones ha dicho que si no trabajaron antes juntos es por el miedo de Gaye a que las presiones de la grabación y producción del disco echaran a perder su amistad con Jones. Los dos siempre fueron grandes amigos.
“Él sabía que yo le adoraba, y viceversa. Es una magia que no puede ser descrita”, apostilla Quincy Jones.