Steve estaba excitado por el evento y quería que fuera una gran fiesta de la que disfrutaran los distribuidores. Entonces pensó que debía contratar a Michael Jackson. Miró a Mark y le dijo, "llama a Michael Jackson a ver si puede actuar en nuestra fiesta y cuánto nos costaría. Luego vuelves y me cuentas".
"OK" dijo Mark.
Cuando Steve Jobs pedía algo, había pocas respuestas que le sirvieran y esta era una de ellas. Mark se puso en pie y salió de la reunión sin tener ni idea de cómo conseguir el encargo.
Por entonces, Michael Jackson era la persona más famosa de la tierra. Era más popular que cualquier otro famoso en la historia del mundo. Acababa de ganar ocho premios Grammy, incluyendo el del disco del año por Thriller. A día de hoy, sigue siendo el disco más vendido de todos los tiempos con ventas estimadas en 110 millones de copias. El presidente Ronald Regan le había premiado en persona con el Presidential Public Safety Award por dejar que el tema "Beat It" fuera usado en un anuncio contra el alcohol en la conducción en los jovenes.
Mark había prometido a Steve Jobs que llamaría a Michael Jackson, se enteraría si podría actuar en la fiesta, lo que les costaría y que volvería con la respuesta. Volvió a su cubículo, cogió el teléfono y marcó el número de información.
Piensa a lo grande
Poca gente en este mundo tiene el privilegio de quedarse atrapado entre dos de las personalidades más famoas de todos los tiempos. Las grandes personalidades piensan a lo grande. Steve Jobs tenía grandes pensamientos, grandes sueños, y grandes expectativas.
Steve Jobs no se lo pensó dos veces a la hora de enviar a un chico de 24 años a conseguir al hombre más famoso de todos los tiempos. Para él, era una petición razonable. En ese momento, Mark tenía dos opciones. La primera era pensar a lo pequeño y decir algo como, "¿Cómo demonios se supone que voy a hacerlo?" O pensar a lo grande como hacía él y decir simplemente: "Vale".
Para su crédito, Mark eligió pensar a lo grande. No sorprende que ahora sea uno de los Ejecutivos Senior de Red Box actualmente trabajando en Strategy, Innovation & New Business.
Hablando con Jackson
"¿Desde qué ciudad y estado llama?, preguntó la teleoperadora de Información.
"Los Angeles, California," dijo Mark. "Estoy intentando llegar a Michael Jackson y se que su número probablemente no esté en el listín, pero si usted estuviera en mis zapatos ¿qué haría para localizarle?"
"Bueno", contestó ella, "Puedo darle el número de su discográfica... "
Cinco minutos después, Mark estaba en el teléfono con Michael Jackson en persona. Michael escuchó a Mark mientras describía el evento y la fiesta, así como la petición de Steve Jobs. Estaba interesado. Era fan de Apple. Estaría encantado de hacerlo. "¡Genial!", dijo Mark, "¿cuánto?"
"Cinco millones de dólares" respondió Michael. Él también pensaba a lo grande.
La fiesta de Apple fue muy bien. Todo el mundo se lo pasó en grande. Herbie Hancock actuó y fue genial.
[teknoids.net]
*Traducido por Xtarlight y Mpenziwe para www.MJHideOut.com
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Edit: Añado otra anécdota que aparece hoy en un artículo titulado: Las mujeres de Jobs
(...) Las semanas previas al lanzamiento (del Macintosh 128k en 1984) fueron decisivas. Todo estaba planificado milimétricamente. La logística era compleja y nada podía fallar. (Andy) Cunninghan había gestionado diversas entrevistas cara a cara con la prensa y sesiones de fotos. Todo estaba listo menos Jobs, que no era precisamente una persona a la que le agradara pasar por todas esas cosas. Ante el temor de que tuviese un mal comportamiento con el fotógrafo, Cunninghan recurrió a todo su ingenio y descubrió la forma de mantener tranquilo y relajado al jefe. La clave fue hacerle escuchar todo el tiempo "Billie Jean", de Michael Jackson, un tema que le encantaba especialmente. Cunninghan rebobinaba incansablemente la canción para evitar que Jobs se encerrase detrás de una cara agria y un montón de gruñidos; incluso "sonrió a la cámara", recuerda.
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El relato más extendido:
(...) Steve Jobs era un gran fan de la prensa de negocios. Adoraba Fortune, Forbes, Wall Street Journal, New York Times, Businessweek, Time Magazine un poco también, y por supuesto lo mejor de la televisión, aunque él no era tan bueno ante la cámara. Trabajar con él era un desafío a la hora de prepararle para esas entrevistas, era muy delicado con sobre las fotografías así que no podías pedirle que dedicara mucho tiempo a una foto. Tenía que ser rápido, y le tenía que gustar el fotógrafo. Y si no le gustaba el fotógrafo le echaba y teníamos que tener a otro fotógrafo a mano.
Recuerdo un momento, en particular, que estábamos en New York en el Carlyle Hotel. Tras pasar media noche recolocando el mobiliarios, trayendo un piano y todo tipo de flores especiales y comida especial, teníamos creo que era una sesión de fotos para Fortune Magazine y él quería escuchar música de Michael Jackson mientras se hacía la sesión. Teníamos un viejo casette, porque aquello fue en los 80, y sólo bastó una canción para que se comportase, y aquella fue "Billie Jean".
Así que, siempre que tenía que posar ante la cámara quería escuchar "Billie Jean", y yo iba y la ponía y escuchábamos "Billie Jean" y se comportaba bien y conseguíamos una buena sesión para el fotógrafo y, una vez acababa la canción, volvía a gruñir y hacer muecas y a no hacer lo que le pedíamos. Así que tenía que rebobinar, rebobinar, rebobinar, y llegar al principio de la canción y volvía a comportarse. Y así pasamos una hora y media.
