Tiffany Rowe tiene actualmente 46 años y vive en San Francisco Bay, pero todavía recuerda cómo se sintió de joven al subir al escenario para bailar con Michael Jackson durante un concierto del Bad Tour.
Tenía 15 años y se estaba recuperando de una dolorosa serie de tratamientos por una anemia anemia aplásica idiopática, básicamente un afección en la cual la médula ósea no produce suficientes células sanguíneas y perjudica a los huesos.
Conoció a Jackson en su camerino antes del concierto, pero le dijeron que, cumplir su verdadero sueño de bailar con él, no era posible.
Hasta que lo fue.
"Yo estaba delante de toda esa gente y podía escuchar el rugido del público, pero yo estaba tranquila. Estaba haciendo lo que deseaba. Me sentía exactamente como necesitaba sentirme, en casa y confiando en mi cuerpo. Había parte de mi que se sentía representada con belleza en mi cuerpo y me sentía muy en paz estando de nuevo en mi propia piel"
Ese momento transformó a Rowe, que dice que la experiencia ayudó a su recuperación. (...) En el curso de una investigación que recogió los casos de mil niños con enfermedades graves tratados en el Nationwide Children's Hospital in Columbus (Ohio), a la mitad de ellos les habían concedido la posibilidad de cumplir sus deseos y la otra mitad no.
Los que lo hicieron, tuvieron una cantidad significativamente menor de regresar a urgencias o de volver a ser ingresados en los dos años siguientes al momento en que se cumplió su deseo. (...)
Rowe no habría vivido ni un mes más sin un transplante de médula. Incluso con el transplante no le ofrecían más de tres o seis meses de vida. No habían encontrado a un donante idóneo y estaba tan enferma que los doctore no quisieron arriesgarse a un rechazo tras el transplante. Rowe recibió una terapia experimental que hoy es un tratamiento usado comúnmente.
Su primer tratamiento fue en 1984 y entró en remisión, pero se reactivó en 1987.
"Ese empeoramiento supuso un terrible bajón emocional. Sabía a lo que me enfrentaba de nuevo, al dolor, la incertidumbre y el miedo. Estaba un poco desmoralizada, como si yo hubiese fallado. No quería volver a estar enferma. No quería tener que volver a sobrevivir".
Un día apareció un voluntario que había leído la historia de Rowe y le ofreció cumplir un deseo. Rowe no se lo pensó.
"Mientras todo el mundo quería ser un astronauta, yo quería ser bailarina y bailar con Michael Jackson. Cuando él se movía, para mi se paraba el tiempo. Siendo alguien tan apasionada por el baile y sintiéndome dentro de mi cuerpo al bailar, le veía y sentía un vínculo con él".
[National Public Radio]
*Traducido por Xtarlight y Mpenziwe para www.MJHideOut.com
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