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Tecnología: Videojuegos que marcaron vuestra infancia/adolescencia

Siberian Husky

Con el alma y mente puestos en mi madre
Muy buenas,

Querría emplazaros, si buenamente optárais por intervenir en este post que voy a introducir a tal efecto, a que os pronunciárais acerca de aquel/los videojuego/s (en cualquier formato: 8-bits, para PC, consola...) que marcaron vuestra infancia y/o adolescencia, así como el motivo consumado de vuestra elección.

Estoy convencido de que, con la colaboración necesaria de todos cuantos deseen aportar con su visión y experiencia en la materia, a partir de vuestros relatos, podremos rememorar títulos legendarios e icónicamente reconocidos por la comunidad de jugadores virtuales para la posteridad; otros, en cambio, de menor difusión mediática y/o predicamento social, aun tornándose tan efectivos y memorables como los primeramente citados; o placeres culpablemente inconfesables, no por ello exentos de disfrutabilidad por quienes gozaron de la oportunidad de invertir una buena parte de su ocio lúdico en tales menesteres, honrando y tributando a los creadores, programadores, responsables de diseño gráfico y cualesquiera otros miembros capaces de forjar en una pequeña pantalla sueños anhelados por mentes pródigas en imaginación e ingenio, sacrificando en buena medida una porción sustantiva de sus vidas en pos del entretenimiento de los más benjamines y jóvenes de una generación, o par de generaciones, no siempre con el reconocimiento merecido y/o adecuado para cada uno de ellos.

Un saludo, permaneciendo a la espera de vuestras aportaciones.
 
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Xtarlight

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Miembro del equipo
MJH Team
Yo no soy un gamer ni nada parecido, pero siempre me han fascinado los videojuegos. Empecé con mi amado Spectrum 128k. Hoy en día sus cifras parecen inviables siquiera para un ordenador que tuviese la capacidad de encenderse :jajaja: 128 KB de RAM y 32 KB de ROM :cuñao

Con él estuve años jugando a títulos como Army Moves, Target Renegade, Phantis, Robocop, Batman, Arkanoid... tenía cientos. Tanto originales como grabados en cintas :p Uno de los mejores para mi siempre fue La abadía del crimen, basado en El nombre de la rosa.

De ahí salté a una especie de Nintendo NES pirata con cientos de juegos precargados a la que también le di un buen tute.

Entre tanto, cada moneda de 25 pesetas que caía en mi bolsillo acababa en una máquina recreativa. Pang, Cabal, Street Fighter, Snow Bros y por supuesto Moonwalker. Tenía que irme al barrio de al lado para jugar sin que se enterasen mis padres de que estaba tan lejos. Cuando por fin la pusieron en mi barrio, fue en una whiskeria :jajaja: No me dejaban entrar porque era menor (y porque realmente aquello era más un puticlub), pero como estaba cerca de la entrada, alguna vez pedí permiso para entrar a echar una partida :jajaja:
También recuerdo el día que cambiaron la máquina que había en un bar cercano a mi instituto y pusieron el Tetris. Me pareció el juego más absurdo de la historia. ¿Quién iba a pagar dinero por hacer un puzzle? Supuse que no duraría mucho. A la vista está que no tuve visión del negocio :jajaja: y obviamente también me enganché (y sigo!).

Actualmente sobrevivo con un arcade lleno de juegos de emulador con todas esas viejas glorias y siguen cayendo partidas al Toki, Hammerin' Harry, R-Type y otros pocos cientos de ellos.

Nunca tuve una PlayStation y se me hace complicadísimo jugar con los mandos actuales llenos de botones, palancas, combos... Además, creo que si me comprase una acabaría enganchado también y ciertamente no tengo tiempo para eso :sacabo:
 
Entre tanto, cada moneda de 25 pesetas que caía en mi bolsillo acababa en una máquina recreativa. Pang, Cabal, Street Fighter, Snow Bros y por supuesto Moonwalker. Tenía que irme al barrio de al lado para jugar sin que se enterasen mis padres de que estaba tan lejos. Cuando por fin la pusieron en mi barrio, fue en una whiskeria :jajaja: No me dejaban entrar porque era menor (y porque realmente aquello era más un puticlub), pero como estaba cerca de la entrada, alguna vez pedí permiso para entrar a echar una partida :jajaja:


No me lo puedo de-creer!!! :matao:.

Esta historia es prácticamente idéntica a la mia. Yo también jugaba a Moonwalker en una "whiskería" (...ejem!), pero con la diferencia de que me dejaban entrar al local por las mañanas, cuando no habían clientes y estaban limpiando, y además era el único sitio en el que jugar a una partida costaba 50 pesetas :sacabo: el precio doble que normalmente costaba jugar a una máquina así en cualquier sitio. No comments! :qmal:.
 

spy

0
Crash Bandicoot del Play Station 1 siempre estará en mi corazón, por los grandes momentos que me hizo pasar; en especial Crash Bandicoot Racing. Lo jugaba con mis amigos de la infancia, con mi hermana mayor y su entonces novio; así como los hijos de él. Lo llevo en el corazón a Crash.
 

Siberian Husky

Con el alma y mente puestos en mi madre
Mi primer recuerdo en el ámbito de los videojuegos se remonta al Atari VCS 2600, el cual nos legó un familiar, tanto a mi hermano mayor, como a mí, contando yo apenas con unos seis, siete años de edad. Dicha consola (apaisada, de color negro) constaba de un cartucho, a instalar en una ranura central, con el que podías disfrutar de un paquete selecto de juegos a reproducir de modo inmediato, comprendiendo en un haber un sinfín de géneros (arcade, acción, estrategia, deportivo...). Como complemento a lo anterior, un joystick de idéntico color, con un pulsador rojo de disparo, amenizaba mis tardes de los viernes, a comienzos de los años noventa.

El ejemplar de Atari del que mayor impresión concité fue de uno denominado '32 in 1 GAME CARTRIDGE', el cual os anexo, como reliquia videográfica imperdible, a continuación: https://www.youtube.com/watch?v=57V-tIsYmxY

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Por otra parte, qué alegar acerca del ZX Spectrum +, de 1984, transmitido intergeneracionalmente por la misma persona que en el supuesto que nos ocupó con el Atari mencionado en el epígrafe anterior. El conector de su teclado, a través de un cable, se hallaba ligado al del televisor, y el del reproductor de cassettes, con aquel. Adicionalmente, podías, como dispositivo hardware equiparte con una impresora, la cual imprimía documentos de un tamaño parangonable al de un tícket de la compra de un supermercado (o de unos grandes almacenes) del contexto histórico actual. La impresora de proveía de un rodillo cilíndrico, desde el que el papel terminaba recibiendo la inyección de tinta necesaria para la plena operatividad de dicha rudimentarísima opción. Y te sentías el niño más feliz del universo.

La jugabilidad del Spectrum se sustanciaba en cintas de cassette, las cuales contenían títulos (individuales, o en lotes conjuntos) de muy diversa laya, y compañía. Las más importantes (en España, al menos) fueron, durante los años ochenta, TopoSoft, Ocean y Dinamic (no confundir con Dinamic Multimedia, la cual aterrizaría en nuestros hogares en los albores de los noventa, de la mano de la inversión benefactora de Hobby Press Multimedia, que la rescató del concurso de acreedores cuando otras no supieron amoldarse al cambio inevitable de época, en la transición del 8-bit al PC, optando por el cierre), entre otras.

A fin de disfrutar de una partida, debías insertar la cinta en el reproductor, accionar el botón de 'Play' -si no recuerdo mal- y, con anterioridad a ello, tras haber sido iniciada la sesión en el equipo, transcribir el código 'Load ""', pulsándose, acto seguido, la tecla ENTER. Y ahí comenzaba la hipérbole de la épica, próxima al paroxismo del sufrimiento, forjadora de mentalidades inasequibles al desaliento de la paciencia y el esmero. Una generación, en suma, que sabía aguardar, tras calamidades diversas, al punto culminante, para deleitarse con la velada que, al fin, se le presentaba ante su mirada ensoñadora de sujeto cándido y embelesado ante lo que hoy, a buen seguro y a ciencia cierta, sería desechado sin miramientos por los adalides de la nueva era.

Y, como bien conocerán quienes lo padecieron en primera persona, una carga podía, perfectamente y sin asomo de exageración en mi comentario, invertir más de diez (en algunos casos, hasta una quincena) de minutos, hasta desembocar en la ejecución exitosa del artefacto. Y no siempre con el éxito deseado. En más de una oportunidad, me topé con el enunciado fatalista, el cual declaraba, bajo un fondo en blanco, que se había producido un error de carga de grabación, o, tal y como constaba en inglés (hasta en esos lances tan amargos uno conseguía extraer lecciones de aprendizaje provechosos para la vida, en términos de aprendizaje de otro idioma): TAPE LOADING ERROR, 16:9 (o 1:2), en función de cada disfunción experimentada. Y debías recomenzar de nuevo, desde el inicio; rebobinando la cinta, y vuelta a empezar, pudiendo invertir gran parte de la jornada preconcebida, a priori, para la distensión, en un acto maquinal de reseteo permanente de limpieza de cabezales de cinta, o del empleo de mi inseparable -e infatigable aliado- destornillador, gracias al cual conseguía que el procedimiento pudiera llevarse a efecto sin atisbo alguno de error consustancial a mi propia torpeza en el mismo.

Por no hablar del sonido acústico celestial con que la carga amenizaba sutilmente nuestros oídos. ¿Cómo desterrarlo al limbo del ostracismo y el olvido? No; os haré partícipes, a quienes no debieron lidiar con él, de dicha oda a la relajación placentera de nuestros sentidos sensoriales. Y os facilitaré el proceso íntegro de carga (sí; algunos usuarios en la red han optado, imperturbablemente, por compartir dicho hito en la historia de los 8-bits con sus conmilitones coetáneos de generación y subsiguientes discípulos) de uno de los títulos de Spectrum con los que me aficioné a él. Muy presumiblemente, el primer juego virtual de fútbol al que me enfrenté en mi existencia: Match Day (o Fútbol 85, tal y como aparecía reseñado en castellano al mediar su reproducción):

 
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pussycontrol

HideOuter Gayhetero
Querido Siberian, esto que mencionas:


"Por no hablar del sonido acústico celestial con que la carga amenizaba sutilmente nuestros oídos. ¿Cómo desterrarlo al limbo del ostracismo y el olvido? No; os haré partícipes, a quienes no debieron lidiar con él, de dicha oda a la relajación placentera de nuestros sentidos sensoriales".


En realidad se puede considerar música electroacústica en plena onda con la de por eje, el músico: Karl Stockhausen ¿que no? :feo::7::torta:


en cuanto al tema en sí, decir(os) que en mi caso siempre he sido un negao para estas movidas:mpc: (quizás con la Gameboy tenía alguna mano (o mejor dicho de2, xp!) con ese teclado en forma de cruz: arriba /abajo; izquierda/derecha) razón por la que me he decantado mas bien, y las mas de las veces, por ser un mero espectador de l*s mejores gamers, experiencia esta que semeja en buena medida, el visionar una buena peli de acción.:y::show: xp!
 

Siberian Husky

Con el alma y mente puestos en mi madre
Hablando de la Game Boy, del gigante nipón -con sede en Kyoto- Nintendo, debo confesar la siguiente revelación: a mí me obsequiaron en mi infancia una videoconsola portátil alimentada con pilas. Sí, pero no se trataba de la comentada por pussycontrol, ni tampoco de la Mega Drive, de Sega, su principal competidora en la época que nos ocupa en estas líneas. Sino de otra muy similar en su caja de embalaje, pero remotamente equiparable, una vez desembalada la misma: la Game Child, la hermana pobre de la Game Boy, apta para bolsillos menos curtidos en holgura y desahogos. La cual, por cierto -en lo que compete a mi supuesto personal- contenía apenas un juego, el reseñado en el vídeo enlazado acto seguido: https://www.youtube.com/watch?v=EV06--bZGPc

Al menos, en lo que a mi familia se refiere, pude ser acreedor, aun de manera indirecta -pues el verdadero usufructuario de dicha pertenencia era mi hermano- del legendario -y un tanto cotizado en mercados de subasta y artículos de coleccionismo- Spitball Sparky, también perteneciente a Nintendo (de 1984). https://www.youtube.com/watch?v=HS8iE_dQB6E
 
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Streets of Rage 2 y la increíble música del maestro Yuzo Koshiro están grabados a fuego en mi neocórtex.

El primer Sonic de Megadrive y el de Master System. Recuerdo flipar en colores con el primer Metal Gear de Play, un guión y doblaje de película en tus propias manos.

Conservo el vídeo de mi primera comunión y tengo inmortalizada la cara de alucine que se me quedó cuando me regalaron el Moonwalker de la Master System :)

Grandes ratos junto a mi hermano, nos unió y enfadó a partes iguales xD
 

Siberian Husky

Con el alma y mente puestos en mi madre
De la mano de la compañía desarrolladora Opera Soft, y gracias al intrépido ingenio de su creador, el avilés Paco Menéndez -con la inestimable ayuda de su diseñador, Juan Delcán-, siendo ambos apenas unos veinteañeros y cursando estudios de ingeniería y arquitectura en la Universidad, respectivamente, pergeñaron el, presumiblemente, título que mejor aceptación haya tenido en la industria del videojuego en España -junto con la saga PC Fútbol, y Commandos-, suponiendo uno de los proyectos vanguardistas por antonomasia de la renombrada edad de oro del software hispano: La Abadía del Crimen (1987), directamente emanada del gran éxito de ventas y, a la postre, unánimemente aclamada por la crítica especializada y el gran público, novela del escritor italiano, Umberto Eco, El Nombre de la Rosa (1981) -la cual, a su vez, conoció su propia versión en el celuloide, encabezada en su reparto por Sean Connery, en 1986-.

Lanzado para su jugabilidad en diversas plataformas -Amstrad, Spectrum, MSX y MS-DOS-, tuvieron sus mentores que conformarse con el rótulo alternativo (como ya se ha comentado, La Abadía del Crimen) al que se acogieron finalmente, por derechos de autor -hallándose a unos flecos muy escasos de haber recibido el plácet favorable del dueño de los mismos-. Pero ello no acarreó ningún freno a las horas de diversión, intriga, apelación a las mendaces artes de la destreza cognitiva y la deducción detectivesca por parte de unos usuarios consagrados, con el único concurso de su teclado y el consuelo del visionado de los planos de secuencia en su pequeña pantalla, a la resolución del intrincado puzzle de incógnitas por recomponer, hasta identificar y someter al amparo de la justicia (con cargo al Derecho canónico de la Baja Edad Media) al artífice de los asesinatos que se están sucediendo en una antaño idílica y apacible abadía, y que amenazan con turbar la estabilidad y convivencia de dicha orden.

Al frente de la expedición se hallará el franciscano Guillermo de Occam (apellidado de Baskerville, en la obra literaria), quien, de la mano de su discípulo inseparable, Adso, procurarán desencallar el nudo argumental que envuelve a la trama en que nos hallamos inmersos en su descripción en estas líneas, en poco más de una semana.

Así, Occam deberá lidiar con el abad, una cohorte de monjes capitaneada por, entre otros, Berengario, Bernardo Gui, Jorge, Malaquías, o Severino, y en la que aprenderemos conceptos tales como el Scriptorium, la división en franjas horarias conforme a los husos canónicos (prima, tercia, sexta, nona, vísperas y calendas). Por si ello no fuera suficiente, deberemos observar, escrupulosamente y con exquisito cuidado, algunas de las tareas ordinarias de todo religioso de la época, en el seno de la abadía: orar, dormir en la celda en la medianoche, o yantar en tiempo y forma durante la cohabitación con los restantes correligionarios de estancia. De desobedecerse tales reglas, el abad nos amonestará (reflejándose en la barra 'Obsequium'), pudiendo desembocar en la expulsión de tal recinto fortificado.

A destacar, por su parte, la disponibilidad de una edición conmemorativa, de 2016, concebida por Manuel Pazos y Daniel Celemín, denominada La Abadía del Crimen: Extensum, plenamente adaptada a los sistemas operativos en PC más actuales, recogiendo en su haber múltiples novedades: adición de nuevos escenarios, la apuesta por una sinopsis más fiel a la novela y a la película, o la incorporación de elementos que allanan la complejidad -demasiado elevada en las versiones de los años ochenta- en la jugabilidad del producto para los usuarios.

Por último, reseñar el trágico y aciago desenlace que, en el plano de lo vital, contrajo la cabeza pensante de este proyecto: Paco Menéndez, tras una serie de entregas editadas en los ochenta que le catapultarían a la cima de la industria, aun por un espacio muy breve de tiempo, terminó renegando de ella, profundamente desencantado con su evolución, enfocada netamente a lo comercial, y se refugió en la programación, desde una perspectiva más orientada a una vertiente propiamente más académica. No conoceríamos más de él, hasta que, en 1999, supimos por la prensa que había optado, aparentemente, por quitarse la vida, a los treinta y cuatro años de edad, arrojándose al vacío desde la ventana del piso en que, en ese momento, residía. Descanse en paz, así como, de igual modo, hago lo propio para con el plumilla que, con su versatilidad y buen hacer, supo plasmar, en más de quinientas páginas de clímax, la quintaesencia de cuanto atinadamente recogería Menéndez más tarde en nuestros equipos: el escritor italiano, Umberto Eco. Dos insignes nombres, cruzados, de acuerdo con los designios del azar, o producto de la lógica inexorable del devenir de los hechos, por un mismo destino.
 
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No me lo puedo de-creer!!! :matao:.

Esta historia es prácticamente idéntica a la mia. Yo también jugaba a Moonwalker en una "whiskería" (...ejem!), pero con la diferencia de que me dejaban entrar al local por las mañanas, cuando no habían clientes y estaban limpiando, y además era el único sitio en el que jugar a una partida costaba 50 pesetas :sacabo: el precio doble que normalmente costaba jugar a una máquina así en cualquier sitio. No comments! :qmal:.
Tan caro?
Aquí en mi barrio en la sala de juegos costaba 25 pesetas la partida.
Cuando cerró la sala de juegos pusieron varias de esas máquinas en venta, entre ellas la que tenía el moonwalk y yo la deseaba más que nada en este mundo... un día desapareció y me contó el dueño que la vendió y en navidades me la encontré en el garaje. Con gran esfuerzo mis padres pagaron 150000 pesetas y aún está allí como uno de mis tesoros más preciados. Tiene algunas modificaciones internas para que emule más juegos pero por fuera está intacta... :eek:.
Es la fusión entre mi amor por MJ y los videojuegos.
 
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