AKASICO / Pravda:- Científicos de la Universidad de Bashkir han descubierto piedras talladas con una antigüedad de 120 millones de años. El cincelado indica la existencia de una civilización antigua altamente desarrollada.
Las preguntas se formulan ahora en torno a una placa encontrada en 1999, que contiene un mapa de la región confeccionado mediante tecnología desconocida. El mapa indica el uso de ingeniería civil al crear un sistema de canales de aproximadamente 12.000 kilómetros de longitud y 500 metros de ancho, y 12 presas de entre 300 y 500 metros de anchura. El mapa también incluye lengua jeroglífica-silábica desconocida que aún no ha sido descifrada. Alexandre Chuvyrov, profesor en la Universidad de Bashkir inició el proyecto que condujo a este hallazgo.
El profesor Alexandre Chuvyrov, junto a un estudiante de nacionalidad china, Huan Hun, comenzó a investigar la posibilidad de que la población del la vieja China emigrara al territorio de Siberia y de Ural. Encontrar varias rocas talladas en la vieja lengua oriental confirmó su teoría de la migración desde el continente asiático. Las doscientas misteriosas piedra cinceladas se localizaron cerca de la aldea de Chandar, región de Nurimanov. Pensando que los tallados podrían estar relacionados con los nómadas chinos, Chuvyrov y su colega decidieron buscar más signos.
Chuvyrov formó a un equipo de estudiantes para continuar la investigación y en 1998 comenzó su expedición. Después de varias tentativas fracasadas, Chuvyrov comenzó a desconfiar y a sospechar que se trataba solamente de una leyenda. Quién iba a imaginar que su suerte cambiaría. El ex-presidente del Consejo Agrícola Local, Vladimir Krainov, le comunicó que en su búsqueda de algunas de estas piedras, había recopilado una de ellas.
Aunque incrédulo, Chuvyrov, fue a considerar la autenticidad de la piedra. Esta se encontraba situada debajo del pórtico de una casa y era imposible de mover debido a su tamaño y peso, 148 centímetros de alto por 106 centímetros de ancho, y 16 centímetros de grueso. Pesó al menos una tonelada. Una semana más tarde, comenzó la excavación.
La gran roca fue transportada a la universidad, contenía un mapa tridimensional inesperado. La investigación adicional de un grupo de especialistas chinos y rusos determinó que el mapa mostraba la región de Ural. La estructura geológica de la excavación estaba compuesta de tres niveles: la base, una dolomía gruesa de 14 centímetros; la capa media, cristal del diopside; la tercera capa, 2 milímetros de porcelana gruesa de calcio.
Diferentes radiografías confirmaban que las formas labradas no fueron hechas manualmente por un tallador antiguo, sino con herramientas de precisión. Inicialmente, se pensó que los gravados eran de origen chino debido a sus inscripciones verticales. Después de buscar en diferentes libros y no encontrar ninguna inscripción similar a ésas, la idea fue abandonada. La edad, después de un costoso proceso de análisis, fue determinada alrededor de los 120 millones de años. Las investigaciones realizadas por el Centro de Cartografía Histórica en Wisconsin, propusieron que el mapa debía haber sido una herramienta de navegación preparada para uso aeroespacial.
Las tentativas de crear mapas similares han requerido alta tecnología, computadoras y de un examen aeroespacial exhaustivo. Sin embargo, la principal incógnita sigue aún sin respuesta: ¿Quién creó el mapa y cómo?
Las preguntas se formulan ahora en torno a una placa encontrada en 1999, que contiene un mapa de la región confeccionado mediante tecnología desconocida. El mapa indica el uso de ingeniería civil al crear un sistema de canales de aproximadamente 12.000 kilómetros de longitud y 500 metros de ancho, y 12 presas de entre 300 y 500 metros de anchura. El mapa también incluye lengua jeroglífica-silábica desconocida que aún no ha sido descifrada. Alexandre Chuvyrov, profesor en la Universidad de Bashkir inició el proyecto que condujo a este hallazgo.
El profesor Alexandre Chuvyrov, junto a un estudiante de nacionalidad china, Huan Hun, comenzó a investigar la posibilidad de que la población del la vieja China emigrara al territorio de Siberia y de Ural. Encontrar varias rocas talladas en la vieja lengua oriental confirmó su teoría de la migración desde el continente asiático. Las doscientas misteriosas piedra cinceladas se localizaron cerca de la aldea de Chandar, región de Nurimanov. Pensando que los tallados podrían estar relacionados con los nómadas chinos, Chuvyrov y su colega decidieron buscar más signos.
Chuvyrov formó a un equipo de estudiantes para continuar la investigación y en 1998 comenzó su expedición. Después de varias tentativas fracasadas, Chuvyrov comenzó a desconfiar y a sospechar que se trataba solamente de una leyenda. Quién iba a imaginar que su suerte cambiaría. El ex-presidente del Consejo Agrícola Local, Vladimir Krainov, le comunicó que en su búsqueda de algunas de estas piedras, había recopilado una de ellas.
Aunque incrédulo, Chuvyrov, fue a considerar la autenticidad de la piedra. Esta se encontraba situada debajo del pórtico de una casa y era imposible de mover debido a su tamaño y peso, 148 centímetros de alto por 106 centímetros de ancho, y 16 centímetros de grueso. Pesó al menos una tonelada. Una semana más tarde, comenzó la excavación.
La gran roca fue transportada a la universidad, contenía un mapa tridimensional inesperado. La investigación adicional de un grupo de especialistas chinos y rusos determinó que el mapa mostraba la región de Ural. La estructura geológica de la excavación estaba compuesta de tres niveles: la base, una dolomía gruesa de 14 centímetros; la capa media, cristal del diopside; la tercera capa, 2 milímetros de porcelana gruesa de calcio.
Diferentes radiografías confirmaban que las formas labradas no fueron hechas manualmente por un tallador antiguo, sino con herramientas de precisión. Inicialmente, se pensó que los gravados eran de origen chino debido a sus inscripciones verticales. Después de buscar en diferentes libros y no encontrar ninguna inscripción similar a ésas, la idea fue abandonada. La edad, después de un costoso proceso de análisis, fue determinada alrededor de los 120 millones de años. Las investigaciones realizadas por el Centro de Cartografía Histórica en Wisconsin, propusieron que el mapa debía haber sido una herramienta de navegación preparada para uso aeroespacial.
Las tentativas de crear mapas similares han requerido alta tecnología, computadoras y de un examen aeroespacial exhaustivo. Sin embargo, la principal incógnita sigue aún sin respuesta: ¿Quién creó el mapa y cómo?