Cindy Sil Jackson
HideOuter Obsesivo
Con este post, cierro todo lo que tenía sobre Michael en Argentina. Esta entrevista es de 1994. Ver mis posts: https://www.mjhideout.com/forum/threads/michael-en-argentina-1993-mi-experiencia.134983/ y https://www.mjhideout.com/forum/thr...-primera-persona-de-una-fan-argentina.135082/ para complementar información.
A casi un año de espera, gracias a diario “Clarín”, conocí su nombre. Y ese fue el comienzo de mi odisea para lograr contactarme con ella. Su nombre: Luján Ferrara, la única persona que atendió a Michael en el hotel Hyatt durante su permanencia en Argentina.
El día 18 de noviembre de 1994 fue trascendental para mí ya que obtuve, en representación de THE NEVERLAND PEOPLE, una entrevista con la señora Luján.
Y bien mis amigos, prepárense a transportarse a aquellos maravillosos días de octubre del ’93 de la mano de Luján Ferrara…
- ¿Qué es lo que hizo Michael en su estadía?
- Realmente hay muchas cosas para contar, es un ser humano normal y no es como dicen los medios, es humilde y muy caballero, precisamente eso fue lo que me llamó la atención. Se dicen tantas cosas de él, pero eso a mí no me importa, es su vida privada, ¿no te parece? Además conmigo fue muy atento. Yo me ocupaba de mantener su habitación en orden y vigilaba para que nadie pudiera llevarse ni un pelo del piso; los cuales abundaban todas las mañanas. Seguramente se cortaba el cabello… No sabés, un día una chica llegó a preguntarme si le podía dar la basura de Michael, ¡imaginate!
(Si supiera que hasta una simple servilleta de papel pasa a tener un valor incalculable con el sólo hecho de que la toque Michael.)
- Señora, ¿cómo lo vio anímicamente cuando llegó el 6 de octubre?
- Te cuento que estaba muy mal, estaba triste, veía pocas personas ya que está acostumbrado a estar en edificios altos y ver siempre enormes masas de gente. Pero todo eso pasó al olvido. Cuando regresó al hotel con una sonrisa de lado a lado y el broche de oro lo dieron Uds. cuando cantaron el domingo 10 de octubre, estaba contento e hizo muchas llamadas. En los días siguientes jugaba, se reía, los espiaba, cantaba bajito con alguno de los músicos. Y siempre estaba su papá al lado.
- ¿Su papá?
- Sí, eso creo, un hombre de poco pelo que siempre llevaba una gorrita.
- No, ese hombre es Bill Bray, su mano derecha.
- ¿Querés que te cuente algo gracioso? Bueno, un día estaba solo en una de las habitaciones del hotel, donde siempre había muchos sombreros y empezó a bailar alrededor de una mesa, bailaba como en el recital, ¿viste cuando se pone ese saco de lentejuelas negras?, ese mismo. Se ponía los sombreros y los tiraba, lo que no sabía él es que había una cámara que lo estaba filmando, cuando se dio cuenta, corrió a taparla con la mano, luego la sacó y dijo: “¡Hey! ¿Quieren bailar conmigo? ¡Vamos, vengan!” Ese video seguramente se lo llevó consigo… Sony Music le obsequió un bandoneón. Se puso re-contento, parecía un nene con su nuevo juguete. Hasta estuvo tocando a su manera… En cuanto a los posters que estaban pegados en la pared, es mentira que los trajo él, se los regalaron unos chiquitos y él les hizo el honor poniéndolos en su habitación.
- ¿Qué comió?
- De todo, menos carne.
- ¿Cómo lo sabe?
- Yo comía lo mismo que él.
- ¿Habló con él?
- Muy poco, mis conocimientos llegan hasta decir Buenos días, pero siempre nos entendíamos de alguna manera.
- ¿Fue a algún recital?
- Sí, pero no al primero, aunque él me regaló 5 entradas de $ 100.- cada una. Fui al segundo y casi tampoco iba a ir. Tenía que trabajar. Fui porque el señor Jackson pidió que me dieran franco. Ese día estaba nerviosa, fui a ducharme y salí 20 minutos más tarde. Me asombré cuando vi al propio Michael esperándome. Ese mismo día me saqué dos fotos con él antes del recital.
El último día, minutos antes de partir, el personal del hotel se reunió en fila para despedirlo, pero especialmente a mí me dio la mano y me abrazó. Me emocioné muchísimo. Me trató de un modo tan especial y yo sólo cumplía con mi trabajo… Cada vez que recuerdo ese momento me vuelvo a emocionar. Al irse me dejó $ 500.- de propina y una carta con la promesa que pronto nos volveremos a ver. ¿Vos creés que va a volver a la Argentina? (Uds., ¿qué creen que le contesté…?)
Un mes después, un reducido grupo de nuestro fan club tuvo la oportunidad de sacarse una foto con la señora Luján, la cual se encuentra junto a la que ella se sacó con Michael, que se encuentra acompañando esta nota.
En nombre de The Neverland People, ¡gracias señora Luján por haber cuidado a nuestro bebé!
Entrevista: Vivian Argañaraz (Vicky)
Luján con Mary y algunos de los chicos del fan club.
Mary y Luján.
A casi un año de espera, gracias a diario “Clarín”, conocí su nombre. Y ese fue el comienzo de mi odisea para lograr contactarme con ella. Su nombre: Luján Ferrara, la única persona que atendió a Michael en el hotel Hyatt durante su permanencia en Argentina.
El día 18 de noviembre de 1994 fue trascendental para mí ya que obtuve, en representación de THE NEVERLAND PEOPLE, una entrevista con la señora Luján.
Y bien mis amigos, prepárense a transportarse a aquellos maravillosos días de octubre del ’93 de la mano de Luján Ferrara…
- ¿Qué es lo que hizo Michael en su estadía?
- Realmente hay muchas cosas para contar, es un ser humano normal y no es como dicen los medios, es humilde y muy caballero, precisamente eso fue lo que me llamó la atención. Se dicen tantas cosas de él, pero eso a mí no me importa, es su vida privada, ¿no te parece? Además conmigo fue muy atento. Yo me ocupaba de mantener su habitación en orden y vigilaba para que nadie pudiera llevarse ni un pelo del piso; los cuales abundaban todas las mañanas. Seguramente se cortaba el cabello… No sabés, un día una chica llegó a preguntarme si le podía dar la basura de Michael, ¡imaginate!
(Si supiera que hasta una simple servilleta de papel pasa a tener un valor incalculable con el sólo hecho de que la toque Michael.)
- Señora, ¿cómo lo vio anímicamente cuando llegó el 6 de octubre?
- Te cuento que estaba muy mal, estaba triste, veía pocas personas ya que está acostumbrado a estar en edificios altos y ver siempre enormes masas de gente. Pero todo eso pasó al olvido. Cuando regresó al hotel con una sonrisa de lado a lado y el broche de oro lo dieron Uds. cuando cantaron el domingo 10 de octubre, estaba contento e hizo muchas llamadas. En los días siguientes jugaba, se reía, los espiaba, cantaba bajito con alguno de los músicos. Y siempre estaba su papá al lado.
- ¿Su papá?
- Sí, eso creo, un hombre de poco pelo que siempre llevaba una gorrita.
- No, ese hombre es Bill Bray, su mano derecha.
- ¿Querés que te cuente algo gracioso? Bueno, un día estaba solo en una de las habitaciones del hotel, donde siempre había muchos sombreros y empezó a bailar alrededor de una mesa, bailaba como en el recital, ¿viste cuando se pone ese saco de lentejuelas negras?, ese mismo. Se ponía los sombreros y los tiraba, lo que no sabía él es que había una cámara que lo estaba filmando, cuando se dio cuenta, corrió a taparla con la mano, luego la sacó y dijo: “¡Hey! ¿Quieren bailar conmigo? ¡Vamos, vengan!” Ese video seguramente se lo llevó consigo… Sony Music le obsequió un bandoneón. Se puso re-contento, parecía un nene con su nuevo juguete. Hasta estuvo tocando a su manera… En cuanto a los posters que estaban pegados en la pared, es mentira que los trajo él, se los regalaron unos chiquitos y él les hizo el honor poniéndolos en su habitación.
- ¿Qué comió?
- De todo, menos carne.
- ¿Cómo lo sabe?
- Yo comía lo mismo que él.
- ¿Habló con él?
- Muy poco, mis conocimientos llegan hasta decir Buenos días, pero siempre nos entendíamos de alguna manera.
- ¿Fue a algún recital?
- Sí, pero no al primero, aunque él me regaló 5 entradas de $ 100.- cada una. Fui al segundo y casi tampoco iba a ir. Tenía que trabajar. Fui porque el señor Jackson pidió que me dieran franco. Ese día estaba nerviosa, fui a ducharme y salí 20 minutos más tarde. Me asombré cuando vi al propio Michael esperándome. Ese mismo día me saqué dos fotos con él antes del recital.
El último día, minutos antes de partir, el personal del hotel se reunió en fila para despedirlo, pero especialmente a mí me dio la mano y me abrazó. Me emocioné muchísimo. Me trató de un modo tan especial y yo sólo cumplía con mi trabajo… Cada vez que recuerdo ese momento me vuelvo a emocionar. Al irse me dejó $ 500.- de propina y una carta con la promesa que pronto nos volveremos a ver. ¿Vos creés que va a volver a la Argentina? (Uds., ¿qué creen que le contesté…?)
Un mes después, un reducido grupo de nuestro fan club tuvo la oportunidad de sacarse una foto con la señora Luján, la cual se encuentra junto a la que ella se sacó con Michael, que se encuentra acompañando esta nota.
En nombre de The Neverland People, ¡gracias señora Luján por haber cuidado a nuestro bebé!
Entrevista: Vivian Argañaraz (Vicky)
Luján con Mary y algunos de los chicos del fan club.