Sinuhé
2
"Cuando escuché el tañido de la campana,
de pronto ya no había ni yo, ni campana,
sino únicamente sonido"
(proverbio zen)
Uno de los pilares básicos de la Sabiduría Oriental (zen, tao, advaita, etc.) es la no-dualidad. No-dualidad significa que todo lo que existe es UNO (de ahí que se llame Uni-verso). Las diferencias y las separaciones son solo una apariencia, una creación de nuestra mente: inventamos conceptos como el "bien" y el "mal", lo "bello" y lo "feo", "esto" o "aquello"... y cuando hemos dividido la realidad en millones de fragmentos empezamos a preguntarnos el porqué de esas diferencias, a dudar, a confundirnos... y en definitiva a sufrir.
La puerta que nos permite salir de ese caos mental que nosotros mismos hemos creado es la meditación, una práctica originada en la India hace miles de años, expandida después al resto de Oriente y al mundo entero.
Meditar no consiste necesariamente en sentarse con los ojos cerrados y las piernas cruzadas bajo un árbol imitando a Buda. La meditación tiene lugar cuando abandonas tu mente, dejas que la vida fluya y tú fluyes con ella. Simplemente escuchando música, paseando, jugando, besando, o incluso barriendo el suelo o fregando los platos, puedes entrar en meditación. Lo único importante es permanecer inmerso en lo que estás haciendo, olvidándote del pasado y del futuro, disfrutando del presente tal como es, de manera que el "yo" desaparece y solo queda... la acción.
Dicho esto, me gustaría que prestáseis atención a unos versos escritos por Michael Jackson como introducción al libreto del álbum Dangerous:
"La Conciencia se manifiesta a través de la Creación. El mundo en que vivimos es la Danza del Creador. Los bailarines vienen y se van en un abrir y cerrar de ojos, pero el baile permanece. A veces, cuando estoy bailando, siento una conexión con algo sagrado. En esos momentos, mi espíritu se eleva y me hago uno con todo lo que existe.
Me convierto en las estrellas y la luna. Me convierto en el amante y en el amado. Me convierto en el vencedor y en el vencido. Me convierto en el amo y en el esclavo. Me convierto en el cantante y en la canción. Me convierto en el conocedor y en lo conocido. Sigo bailando... y surge la Danza eterna de la Creación. El Creador y la Creación se funden en una única y sagrada totalidad. Sigo bailando... y bailando... y bailando. Hasta que solo queda... el baile."
Durante años, estos versos no tuvieron para mí ningún significado especial. Los veía como un bonito poema, como una forma bella y original que tenía Michael de describir el baile, nada más.
Hace tiempo comencé a descubrir algunas de las múltiples ramas de la Sabiduría Oriental y ahora, cuando por pura "casualidad" he vuelto a leer estos versos, he comprendido por fin su significado oculto.
Michael, a través de ellos, nos está hablando de la meditación. La meditación pura no es un método que pueda enseñarse o aprenderse, no consiste en una serie de reglas fijas a cumplir. Es un simple estado de Libertad interior al que se llega por múltiples y espontáneos caminos. En el caso de Michael, bailar es su forma de meditar, de disolver su ego y convertirse en uno con todo lo que existe. Incluso, da un paso más y menciona la "Danza del Creador", otro concepto bien conocido en la tradición hinduista, según el cual lo único que existe es "La Conciencia Pura" (o "Dios" o "El Creador"), representada como Shiva bailando, y todo lo que vemos y vivimos no es sino la expresión de esa Danza Universal. Como dice el propio Michael, "La Conciencia se manifiesta a través de la Creación".
Shiva ejecutando la Danza Cósmica,
con sus ciclos eternos de creación y destrucción
Me ha sorprendido mucho, y muy gratamente, descubrir esta "faceta oculta" de Michael Jackson. Quizás por algunas excentricidades que tiene, por su fama de Peter Pan o porque en la mayoría de entrevistas que concede algunas de las preguntas suelen ir por otros derroteros (escándalos, su vida privada, operaciones, etc.), pudiera parecernos ingenuo, trivial o infantil. Pero dudo que pueda decirse eso de alguien que profundiza en el núcleo mismo de la existencia, que sabe trascender su propio "yo" y transformar su arte (música, baile) en expresión de un estado meditativo en lugar de una sucesión de notas musicales escritas matemáticamente sobre el pentagrama.
Algunos de vosotros recordaréis una entrevista que Michael concedió a la revista Ebony en febrero de 1992. A continuación cito algunos párrafos que no hacen sino confirmar cuanto vengo exponiendo. De la boca del propio Michael:
"Dentro de mí siento que el mundo en que vivimos es una gran y monumental orquesta sinfónica. Creo que la forma primordial de toda la Creación es sonido, pero no sonido caótico, sino música. ¿Has oido la expresión "Música de los Astros"? Bueno, esta es una frase muy literal. En las Escrituras leemos: "y Dios creó al hombre del polvo de la tierra e inspiró dentro de sus fosas nasales el aliento de la Vida y se convirtió en un alma viviente". El aliento de la Vida para mí es la Música de la Vida y ésta penetra en cada fibra de la Creación. (...)
El ritmo biológico que resuena en la arquitectura del ADN también gobierna el movimiento de las estrellas. La misma música gobierna el ritmo de las estaciones, el pulso de los latidos de nuestros corazones, la migración de los pájaros, el flujo y la corriente de los océanos, los ciclos del crecimiento, la evolución y la disolución. Es la Música, es el Ritmo."
Aquí Michael está haciendo una clara referencia a otro importante concepto hinduista: el "Om", el sonido primordial que reverbera a través del universo entero, la vibración invisible que sostiene a toda la Creación.
"Om", el palpitar del Corazón del Universo
En la misma entrevista, Michael hace una definición de sí mismo muy significativa, y que ha utilizado en varias ocasiones:
"Me siento afortunado de ser el Instrumento a través del cual la música fluye. Yo tan solo soy el Canal a través del cual la música viene. Es un trabajo de Dios. Él tan solo me usa como su mensajero".
De nuevo nos encontramos con la "Danza del Creador": La Conciencia Pura (Dios) se manifiesta a través de todo cuanto existe. A través de Michael Jackson y su música, a través del brillo de las estrellas, a través del canto de un pájaro, de unas palabras de afecto, del calor de un beso, de un libro, de los colores vibrantes de una flor...
Para finalizar me gustaría dejaros con unos párrafos de Rajneesh, un importante maestro hindú, porque ahondan en las palabras del propio Michael, coincidiendo ambos en el mensaje de fondo de una forma casi milagrosa; y porque enlazan con lo que os hablaba de la no-dualidad y la meditación al comienzo de estas líneas, completando el círculo. Que os aproveche.
"Cuando te encuentras con un bailarín, un verdadero bailarín, no un simple intérprete, verás que no baila. En él baila algo del más allá. Está completamente metido en ello.
Cuando estás completamente metido en algo, vives el éxtasis (...). Nadar puede ser meditación, como correr... cualquier cosa puede ser meditación si tú no eres (...). Cuando bailes enloquecidamente, cuando cantes enloquecidamente, cuando sientas una alegría sin control, sin tu presencia, cuando tu alegría sea plena, desbordante, cuando te sientas inundado por ella y abandones todo control, verás un milagro. La vida y la muerte bailarán juntas, porque desaparecerá toda dualidad (...).
Entonces el bien y el mal no son dos: bailan juntos, de la mano. Materia y conciencia no son dos. Eso es lo que ocurre en tu interior: el alma baila con el cuerpo; el cuerpo baila con el alma. No son dos. Son uno, absolutamente uno, manifestaciones de la unidad.
Y Dios no está allá arriba, en los cielos. Está aquí, ahora, en los árboles, las piedras, en ti, en mí, en todo. Dios es el alma de la existencia, el núcleo invisible más recóndito. Lo interior baila con lo exterior, lo sublime baila con lo blasfemo. Lo sagrado baila con lo profano y el pecador con el santo.
Si bailas, la existencia entera se convierte en una danza. Ya es una danza. Los hindúes dicen que es un Ras-Leela: Dios está bailando, y alrededor de Dios, las estrellas, la luna, el sol y la tierra..."
de pronto ya no había ni yo, ni campana,
sino únicamente sonido"
(proverbio zen)
Uno de los pilares básicos de la Sabiduría Oriental (zen, tao, advaita, etc.) es la no-dualidad. No-dualidad significa que todo lo que existe es UNO (de ahí que se llame Uni-verso). Las diferencias y las separaciones son solo una apariencia, una creación de nuestra mente: inventamos conceptos como el "bien" y el "mal", lo "bello" y lo "feo", "esto" o "aquello"... y cuando hemos dividido la realidad en millones de fragmentos empezamos a preguntarnos el porqué de esas diferencias, a dudar, a confundirnos... y en definitiva a sufrir.
La puerta que nos permite salir de ese caos mental que nosotros mismos hemos creado es la meditación, una práctica originada en la India hace miles de años, expandida después al resto de Oriente y al mundo entero.
Meditar no consiste necesariamente en sentarse con los ojos cerrados y las piernas cruzadas bajo un árbol imitando a Buda. La meditación tiene lugar cuando abandonas tu mente, dejas que la vida fluya y tú fluyes con ella. Simplemente escuchando música, paseando, jugando, besando, o incluso barriendo el suelo o fregando los platos, puedes entrar en meditación. Lo único importante es permanecer inmerso en lo que estás haciendo, olvidándote del pasado y del futuro, disfrutando del presente tal como es, de manera que el "yo" desaparece y solo queda... la acción.
Dicho esto, me gustaría que prestáseis atención a unos versos escritos por Michael Jackson como introducción al libreto del álbum Dangerous:
"La Conciencia se manifiesta a través de la Creación. El mundo en que vivimos es la Danza del Creador. Los bailarines vienen y se van en un abrir y cerrar de ojos, pero el baile permanece. A veces, cuando estoy bailando, siento una conexión con algo sagrado. En esos momentos, mi espíritu se eleva y me hago uno con todo lo que existe.
Me convierto en las estrellas y la luna. Me convierto en el amante y en el amado. Me convierto en el vencedor y en el vencido. Me convierto en el amo y en el esclavo. Me convierto en el cantante y en la canción. Me convierto en el conocedor y en lo conocido. Sigo bailando... y surge la Danza eterna de la Creación. El Creador y la Creación se funden en una única y sagrada totalidad. Sigo bailando... y bailando... y bailando. Hasta que solo queda... el baile."
Durante años, estos versos no tuvieron para mí ningún significado especial. Los veía como un bonito poema, como una forma bella y original que tenía Michael de describir el baile, nada más.
Hace tiempo comencé a descubrir algunas de las múltiples ramas de la Sabiduría Oriental y ahora, cuando por pura "casualidad" he vuelto a leer estos versos, he comprendido por fin su significado oculto.
Michael, a través de ellos, nos está hablando de la meditación. La meditación pura no es un método que pueda enseñarse o aprenderse, no consiste en una serie de reglas fijas a cumplir. Es un simple estado de Libertad interior al que se llega por múltiples y espontáneos caminos. En el caso de Michael, bailar es su forma de meditar, de disolver su ego y convertirse en uno con todo lo que existe. Incluso, da un paso más y menciona la "Danza del Creador", otro concepto bien conocido en la tradición hinduista, según el cual lo único que existe es "La Conciencia Pura" (o "Dios" o "El Creador"), representada como Shiva bailando, y todo lo que vemos y vivimos no es sino la expresión de esa Danza Universal. Como dice el propio Michael, "La Conciencia se manifiesta a través de la Creación".
Shiva ejecutando la Danza Cósmica,
con sus ciclos eternos de creación y destrucción
Me ha sorprendido mucho, y muy gratamente, descubrir esta "faceta oculta" de Michael Jackson. Quizás por algunas excentricidades que tiene, por su fama de Peter Pan o porque en la mayoría de entrevistas que concede algunas de las preguntas suelen ir por otros derroteros (escándalos, su vida privada, operaciones, etc.), pudiera parecernos ingenuo, trivial o infantil. Pero dudo que pueda decirse eso de alguien que profundiza en el núcleo mismo de la existencia, que sabe trascender su propio "yo" y transformar su arte (música, baile) en expresión de un estado meditativo en lugar de una sucesión de notas musicales escritas matemáticamente sobre el pentagrama.
Algunos de vosotros recordaréis una entrevista que Michael concedió a la revista Ebony en febrero de 1992. A continuación cito algunos párrafos que no hacen sino confirmar cuanto vengo exponiendo. De la boca del propio Michael:
"Dentro de mí siento que el mundo en que vivimos es una gran y monumental orquesta sinfónica. Creo que la forma primordial de toda la Creación es sonido, pero no sonido caótico, sino música. ¿Has oido la expresión "Música de los Astros"? Bueno, esta es una frase muy literal. En las Escrituras leemos: "y Dios creó al hombre del polvo de la tierra e inspiró dentro de sus fosas nasales el aliento de la Vida y se convirtió en un alma viviente". El aliento de la Vida para mí es la Música de la Vida y ésta penetra en cada fibra de la Creación. (...)
El ritmo biológico que resuena en la arquitectura del ADN también gobierna el movimiento de las estrellas. La misma música gobierna el ritmo de las estaciones, el pulso de los latidos de nuestros corazones, la migración de los pájaros, el flujo y la corriente de los océanos, los ciclos del crecimiento, la evolución y la disolución. Es la Música, es el Ritmo."
Aquí Michael está haciendo una clara referencia a otro importante concepto hinduista: el "Om", el sonido primordial que reverbera a través del universo entero, la vibración invisible que sostiene a toda la Creación.
"Om", el palpitar del Corazón del Universo
En la misma entrevista, Michael hace una definición de sí mismo muy significativa, y que ha utilizado en varias ocasiones:
"Me siento afortunado de ser el Instrumento a través del cual la música fluye. Yo tan solo soy el Canal a través del cual la música viene. Es un trabajo de Dios. Él tan solo me usa como su mensajero".
De nuevo nos encontramos con la "Danza del Creador": La Conciencia Pura (Dios) se manifiesta a través de todo cuanto existe. A través de Michael Jackson y su música, a través del brillo de las estrellas, a través del canto de un pájaro, de unas palabras de afecto, del calor de un beso, de un libro, de los colores vibrantes de una flor...
Para finalizar me gustaría dejaros con unos párrafos de Rajneesh, un importante maestro hindú, porque ahondan en las palabras del propio Michael, coincidiendo ambos en el mensaje de fondo de una forma casi milagrosa; y porque enlazan con lo que os hablaba de la no-dualidad y la meditación al comienzo de estas líneas, completando el círculo. Que os aproveche.
"Cuando te encuentras con un bailarín, un verdadero bailarín, no un simple intérprete, verás que no baila. En él baila algo del más allá. Está completamente metido en ello.
Cuando estás completamente metido en algo, vives el éxtasis (...). Nadar puede ser meditación, como correr... cualquier cosa puede ser meditación si tú no eres (...). Cuando bailes enloquecidamente, cuando cantes enloquecidamente, cuando sientas una alegría sin control, sin tu presencia, cuando tu alegría sea plena, desbordante, cuando te sientas inundado por ella y abandones todo control, verás un milagro. La vida y la muerte bailarán juntas, porque desaparecerá toda dualidad (...).
Entonces el bien y el mal no son dos: bailan juntos, de la mano. Materia y conciencia no son dos. Eso es lo que ocurre en tu interior: el alma baila con el cuerpo; el cuerpo baila con el alma. No son dos. Son uno, absolutamente uno, manifestaciones de la unidad.
Y Dios no está allá arriba, en los cielos. Está aquí, ahora, en los árboles, las piedras, en ti, en mí, en todo. Dios es el alma de la existencia, el núcleo invisible más recóndito. Lo interior baila con lo exterior, lo sublime baila con lo blasfemo. Lo sagrado baila con lo profano y el pecador con el santo.
Si bailas, la existencia entera se convierte en una danza. Ya es una danza. Los hindúes dicen que es un Ras-Leela: Dios está bailando, y alrededor de Dios, las estrellas, la luna, el sol y la tierra..."
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