Bueno, pues esta tarde ya lo he terminado por completo. Mi opinión no ha cambiado demasiado de ayer, cuando llevaba un 50% del libro leído, pero matizo cosas que me he encontrado en esta segunda mitad.
A la periodista no le podemos acusar de absolutamente nada. Es una narradora totalmente imparcial que se basa únicamente en documentos o declaraciones oficiales y cita esa fuente con claridad antes de hacer cualquier tipo de afirmación en el libro. Solamente establece una "teoría" propia que es más una conclusión a la que ella llega teniendo todos los resultados de su investigación en la mano.
La famosa "última llamada" que recibe Michael no es la famosa llamada que se debatía en en este topic, sino en una llamada que según ella el propio hijo de Michael, Prince I, detalla en el juicio por la muerte de su padre, en la que afirmaba que tras colgar el teléfono su padre repitió varias veces "Me van a matar, me van a matar". Ella misma publica y traduce el extracto de la declaración de Prince del Juicio, mencionando las páginas concretas del mismo donde se pueden encontrar.
Su "teoría" es que encontrando extremadamente raro que se hayasen restos de propofol en el estómago de Michael en la autopsia, siendo este un medicamente de aplicación solamente intravenosa, alguien pudo entrar en la habitación en el momento en que el Dr. Murray estaba ausente y obligar a Michael a ingerirlo directamente. ELLA MISMA dice poco después que tampoco es algo probable, y se basa en que el propio Murray dijo que cuando él se ausentó (antes de volver y comprobar que Michael no estaba respirando) Michael estaba durmiendo pero sin roncar, cosa rara en él, por lo que es probable que Michael no se hubiese quedado dormido, sino que hubiese sufrido una pérdida de conocimiento que desembocó en paro cardíaco. Es decir, se toma el lujo de tomar una teoría pero ella misma le tira piedras unas líneas después.
Sobre el tema de los abusos, recalca varias veces lo extraño que supone que alguien que le defendió bajo juramento ahora diga todo lo contrario y recalca que las declaraciones de los individuos de Leaving Neverland fueron desestimadas por un tribunal después de morir MJ.
La única espinita que se me queda clavada del libro es que aunque defiende a Michael de toda acusación que se le hizo en vida, se le olvida comentar la investigación que el FBI hizo de él en secreto durante 10 años, algo que hubiera reforzado esa "defensa", aunque insisto en que no le defiende directamente, simplemente saca a relucir una vez más documentos oficiales, resultados de juicios y declaraciones de testigos. (Hace referencias a las grabaciones del padre de Chandler admitiendo que iba a sacarle todo el dinero con su invento y se tira una página diciendo toda la verdad sobre la madre de Gavin Arvizo, su obsesión con las estrellas de Hollywood, robos en tiendas e intentos de estafa varios.
En definitiva, es un libro que recomiendo si estáis dispuestos a obviar la parte puramente criminalística del mismo, en el que se detallan una a una las heridas de Michael y aparecen las fotos de su cuerpo. Insisto, sin ninguna intención de morbosear, solamente como parte ilustrativa de ese análisis forense que hace como criminóloga.