-Mi marido es meteorólogo.- ¡Qué
suerte, mujer! El mío sólo es tocólogo.
suerte, mujer! El mío sólo es tocólogo.
Aprovecho para aportar el dato histórico: La mala fama de los pinareños en Cuba comenzó cuando construyeron un teatro y olvidaron la concretera (vehículo con el que mezclan el cemento) adentro, y tuvieron que demoler una pared para poder sacarla.