Muy de acuerdo señor pussysincontrol, buena prueba de ello, has puesto una de mis pelis preferidas del culto al terror asi que mi humilde opinion es que el cine de terror es un cine tan apreciable como cualquier otro, aunque sea denostado por las mentes más ortodoxas y puritanas, sin embargo sufre como ningún otro una gran banalización. Con el tiempo, el cine dejó de estar considerado únicamente un entretenimiento y se consolidó como el gran medio artístico que es, pero es como si el cine de terror no hubiera madurado y llegado a esto, quedándose en una especie de adolescencia eterna. Está claro que, en general, el cine fantástico es más fácil que esté dominado por la industria, sea por los medios que se necesitan o porque es uno de los géneros más idóneos para hacer cine evasivo y con ello de puro entretenimiento. La industria y no los autores ha sido la que ha determinado la visión del público del cine de terror.
¿Qué quiere decir esto? Que el cine de terror funciona, masivamente, por pura mercadotecnia. Me dirán algunos que incluso el drama intimista, hasta el drama social, necesita de industria y mercado y por tanto de cálculos de ingresos y beneficios y demás, ciertamente así son las cosas pero la diferencia es que ciertos tipos de cine tienen un público detrás que respalda las obras según sus intenciones artísticas, su riesgo creativo, etc., por lo que estos tipos de cine gozan de mayor libertad. El cine de terror, por el contrario, queda reducido a mero cine de entretenimiento, a explotaciones de una idea mientras dé beneficios, el resultado de esto es una abultada cantidad de films que sencillamente ni aportan nada ni son estimulantes. Sin embargo, las grandes referencias del cine de terror sí son propuestas innovadoras y con talento, ahí están El gabinete del doctor Caligari (1920), King Kong (1933), La mujer pantera (1942), La mujer y el monstruo (1954), Psicosis (1960), El exorcista (1973) y un largo etcétera. Puede decirse a favor del aficionado al cine de terror que, al menos, suele valorar con justicia estas obras, pues son la semilla de la que se desparraman todas las explotaciones que la industria realiza, es decir, de las modas. Pero mientras que las grandes referencias del terror fueron apuestas algo arriesgadas y de gran valor cinematográfico, muchas películas derivativas de éstas son vacuas y superficiales, no importa ni la forma ni el fondo, ni lo artístico ni el mensaje. Ya films ‘viejos’ como El doctor Frankenstein (1931), King Kong (1933) y La mujer pantera (1942) encerraban una reflexión, y cuando el cine en general tomó mayor “seriedad”, también fue así en la mejor parte del cine de terror. Por poner algunos ejemplos, la serie Dimensión desconocida de Rod Serling tenía una moraleja en cada cuento y, desde luego, la obra de realizadores como George Romero, Larry Cohen, David Cronenberg… que son algunos de los directores más importantes del terror moderno, está llena de constantes reflexiones. La banalidad, por tanto, viene de quienes explotan los hallazgos de George Romero para hacer patochadas. Por eso nos encontramos una película de zombies tan interesante como es La noche de los muertos vivientes (1968) y, enfrente, 10 películas chorras de zombies. Visto así, el cine de terror parece una chorrada, si valoramos únicamente las cifras. Pero, ¿qué es lo que ocurre?, que al aficionado medio al cine de terror le importa un pimiento la tensión desarrollada en La noche de los muertos vivientes (1968), ese clima de pesadumbre y la sensación desoladora que produce el film. Qué va, lo que quiere es ver zombies, y que muerdan y haya tripillas. Se queda en la superficie y no escarba, la esencia del film le importa un pepino. No es casualidad, por tanto, que los años 80 sean tan apreciados por el aficionado al cine de terror. Ojo, que yo adoro el terror de los 80, pero reconozco que también hubo una degeneración que fue a más y que, literalmente, terminó cargándose el cine de terror. Los 80, realmente, comparten la esencia de los años 50, década en la que la industria también tenía un gran control sobre el cine de terror, a la vez que reinaba la serie b "desenfadada", baste decir que fue la década de Roger Corman. No es que pretenda descalificar el cine de terror que busque puro entretenimiento, pero lo que encuentro una aberración es que cualquier intento de hacer terror ‘serio’ sea ignorado por muchos aficionados, que prefieren lo mismo de siempre, y que por eso tengamos tanta paja en el cine de terror.