Palabras de Frank Cascio en "Mi amigo Michael":
"Una tarde me asomé al lavadero para buscar una camisa y mi madre, que estaba allí, quiso
decirme algo, después se calló y al final se decidió a hablar.
—¿Conoces a un chico que se llama Jordy? —me preguntó.
—Sí, es muy simpático. Estuve con él en Neverland —le respondí.
Ella guardó silencio unos instantes para asimilar lo que le había dicho y advertí su vacilación.
Finalmente lo soltó.
—Te lo digo porque ha demandado a Michael por abuso de menores.
Las palabras brotaron con cierta torpeza, como si fuera la primera vez que las pronunciaba.
Probablemente era así. Vi que estaba alterada, pero yo ni siquiera sabía lo que significaba «abuso
de menores». Cuando se lo pregunté, mi madre volvió a su colada y, evitando responder, se
apresuró a preguntarme:
—¿Alguna vez te ha hecho algo Michael fuera de lugar, a ti o a alguien que tú conozcas?
—¿De qué estás hablando? —pregunté, y en ese momento vi que estaba llorando.
—Me siento muy mal por Michael —dijo.
Al ver la expresión de su rostro, entendí que acusaban a mi amigo de hacerle algo malo a
Jordy. Yo estaba más que asombrado: aquello no tenía sentido para mí. Había pasado mucho
tiempo con Jordy y con Michael y cuando estuvimos en Neverland, Jordy ni siquiera dormía en
la habitación con nosotros. Ni un solo día. Nunca vi que sucediera nada fuera de lugar, tampoco
creía que hubiera pasado nada, ni por un segundo. Es más, Michael jamás había hecho nada
«fuera de lugar» con Eddie o conmigo ni por lo más remoto. Aquello era absolutamente
inverosímil; sencillamente me resultaba imposible ver a Michael como «abusador». Y tampoco
podía imaginarme a Jordy haciendo semejante acusación."
"Mi padre tiene una actitud muy protectora hacia todos nosotros. Su familia lo es todo para él y
jamás nos expondría a ningún peligro. Según sus reglas los pedófilos no deberían ir a la cárcel,
sino que habría que arrojarlos a los lobos (no olvidemos que es siciliano). Si él o mi madre
hubieran tenido la menor duda de la inocencia de Michael, creedme que ni mi hermano ni yo
habríamos estado allí en aquel momento, y menos nos habríamos quedado.
Quiero ser claro y preciso para dejar constancia y que todos lo leáis y lo entendáis: el amor de
Michael por los niños era inocente y fue absolutamente incomprendido. Al parecer, nadie
aceptaba con facilidad las buenas cualidades de este hombre extraordinario y no eran pocos los
que se preguntaban una y otra vez cómo era posible que el mejor cantante del mundo, el mejor
bailarín del mundo, eligiera estar siempre rodeado de niños. ¿Cómo era posible que escribiera y
bailara temas tan explosivamente sexuales y complejos y luego no quisiera más que rodearse de
niños sin otra intención que no fuera inofensiva? ¿Cómo podía tener tantas rarezas a ojos del
observador externo (las cirugías plásticas, las compras extravagantes, el halo de misterio) y no
ser «raro» en otros aspectos más ofensivos?
Sí, Michael tenía diferentes personajes. Al igual que yo, que también adoptaba distintas
personalidades, dependiendo de si estaba en casa con mi familia, viajando con Michael o en el
colegio de Nueva Jersey. Al igual que todos nosotros nos ponemos máscaras diferentes para
enfrentar distintas situaciones de la vida. Si las distintas imágenes de Michael parecían extremas
era porque su vida era también más extrema que la de los demás.
Como reacción a todo el esfuerzo laboral que hizo durante su niñez, al perfeccionismo que
guiaba su música, Michael anhelaba rodearse de la sencillez y la inocencia de una juventud que
nunca tuvo. Veneraba estos valores, los consideraba un tesoro y, sobre todo a través de
Neverland, quiso ofrecerlos a los demás. Casi nadie lo entendía y muchos supusieron lo peor.
Esta incomprensión fue el mayor tormento que padeció Michael durante toda su vida. Lo
acompañó hasta el final. Yo estoy aquí para decir que conocí al verdadero Michael Jackson. Lo
traté durante toda mi niñez. En todos esos años jamás vi en él otra cosa que no fuera una amistad
pura. Nunca hizo la menor insinuación cuestionable ni un solo comentario de índole sexual. Mis
padres eran mayores y más sabios que mi hermano y que yo. Su punto de vista era más amplio y
abarcador que el nuestro. Y confiaron en Michael sin reservas."
En un juicio, las primeras declaraciones del acusado es a las que da más credibilidad un juez, porque suelen estar más próximas a la verdad. A medida que vaya saliendo más gente pidiendo dinero, lo que probablemente sucederá (va a depender de si estos y los de LN lo consiguen), la confianza de algunos fans irá mermando. La mía no.