Más que orientar los temas musicales de Michael Jackson en solitario que no publicó, por razones inopinadamente diversas, pertenecientes a próximos y futuribles proyectos póstumos, hacia uno u otro público, yo preferiría centrarme en lo que, para mí, debería resultar esencial en la ecuación planteada: mantener un estándar mínimo de calidad, acorde a la figura sobre la que nos estamos pronunciando.
Para ello, tendríamos, en primer lugar, que ser conocedores del material existente, en qué manos radica el mismo y, por encima de todo, de su estado de conservación y desarrollo. Algo de lo que, en este foro -salvo que formes parte del Estate-, prácticamente nadie podrá alegar permanecer al tanto de la situación tangible, fiel y real del archivo de inéditas y descartes. Por lo tanto, a partir de dicha premisa, no cabría sino especular y divagar acerca de algo sobre lo que carecemos de bases sólidas y firmes, más allá de ciertas filtraciones en la red, rumores más o menos infundados, o de muy contadas reproducciones de canciones, llevadas a cabo por algunos ponentes, quienes trabajaron estrechamente con Jackson en estudio, en conferencias de acceso limitado y restringido, previo pago en concepto de asistencia.
En mi opinión, y partiendo de la base -que conste- de un ramillete de pistas por conocer lejos de escasear en número y en aceptable grado de maduración -lo cual no podemos garantizar a ciencia cierta-, yo establecería una línea divisoria nítida entre aquéllas susceptibles de figurar en álbumes con vocación de lanzamiento masivo (o comercial) y, por contra, las restantes, destinadas a formar parte de las reediciones de los discos de su catálogo que convengan en salir a la luz, conforme vayan celebrándose los aniversarios de su alumbramiento en el mercado (como las bodas de plata que tuvimos menester de padecer -Thriller 25, Bad 25- u oro, con motivo de las quincuagésimas ediciones que sobrevendrán en el futuro).
Desde 2009, se nos han brindado ejemplos de uno y otro caso:
Michael (2010) y
Xscape (2014); y
Bad 25 (2012) y, a buen seguro,
Thriller 40 (2022), amén de otros compilados menores - como
Immortal (2011), o
Scream (2017)-.
¿Secundo la idea de modernizar los temas que, en su momento, Jackson optó por arrinconar, o posponer, sin dotarles de acomodo en su discografía en vida, a fin de tornarlos apetecibles a las nuevas hornadas generacionales? No. De esa noción participaron quienes se involucraron en la producción del álbum
Xscape, traduciéndose, a resultas de ello, para mí, en un desempeño criticable y cuestionable, en cuanto -y es una apreciación personal- el nuevo sonido que les importaron a la mayoría de tales canciones distó, a mi juicio, de aproximarse al citado estándar sobre el que me pronuncié líneas atrás.
Pero eso no significa, ni mucho menos, que me alinee con aquellas personas que abanderan el otro bando, esto es, publicar tal cual dejó Michael, sin remozado alguno, cuanto reste por desentrañarse de su depósito de temas pendientes de ser lanzadas con carácter oficial.
Así, si bien no recibí con agrado el resultado del proceso de reconstrucción de las versiones trabajadas en 2014 de
A Place with No Name,
Chicago,
Do You Know Where Your Children Are o
Xscape..., tampoco acogí con entusiasmo que demos tan primitivas como -la nuevamente mencionada-
Chicago [Original Version] estuvieran en la terna de publicables en un álbum de dichas características, habida cuenta de sus limitaciones, producto de una fase muy primigenia de trabajo por quienes le dieron forma y esculpieron.
En fin, que todo dependería, individualmente consideradas, del estado de cada canción, de su potencial, de la idoneidad de su encuadre en uno u otro tipo de lanzamiento.
Por consiguiente, y respondiendo a la disyuntiva entre modernización y apego a la tradición, expongo mi punto de vista: ¿modernización, ejecutada por prohombres de la nueva ola, sin conexión artística y personal con Jackson, en la búsqueda de un nuevo número 1 con el engrosar el legado de Michael a toda costa, a los efectos meramente estadísticos? No. ¿Revelación de todo el contenido dispuesto en el baúl, con independencia de cuanto encontremos en su interior, para que los seguidores veteranos y fieles del artista satisfagan su prurito de curiosidad, aunque apenas se suministren esbozos débiles de iniciativas en mente que no pudieron albergarse y concretarse en su plenitud? Tampoco.
En resumidas cuentas, yo habría gestionado su legado en los términos subsiguientes:
- El primer álbum póstumo se habría demorado unos años con posterioridad a su fallecimiento -aun a riesgo de desperdiciar la oportunidad del momento puntual de popularidad, fruto de la noticia de la pérdida-, para, de ese modo, aprovechar la ocasión y analizar, con detenimiento y sin prisas, el contenido del archivo musical de Michael Jackson, gestionándose, negociaciones mediante, todo lo tocante a los derechos de uso de aquellas canciones retenidas en poder de terceros.
- Habría refundido el material de los álbumes Michael y Xscape en un solo disco de catorce canciones, preservando la portada -o manteniendo una esencial similar- del segundo y, a modo de libreto interior, la carátula del primero, y excluyendo -aparte de las apócrifas, obviamente- (I Like) The Way You Love Me, pues fue oficialmente liberada en The Ultimate Collection (2004). En cuanto a producción, en la línea de lo apuntado en Michael; es decir, depurarlas en parte, en determinados segmentos un tanto inacabados o perfectibles de mejora, sin desnaturalizarlas en gramo sumo. No habría desdoblado el repertorio en versiones contemporaneizadas y originales, para así no desorientar (y ahuyentar) al oyente. Como podrán evidenciar más abajo, este compendio de canciones se habría postulado claramente como firme aspirante a copar el mercado en ventas en su momento. Ocasión desechada, pues, y una desconsoladora lástima para todos:
- Hold My Hand.
- Hollywood Tonight.
- Best of Joy.
- (I Can't Make It) Another Day.
- Behind the Mask.
- Much Too Soon.
- Love Never Felt So Good (2014, en solitario).
- Chicago (dotándosele de un enfoque mid-tempo, como la de 2014, aunque con otra producción, marcadamente diferente a la de Timbaland).
- Loving You (remozando mínimamente el puente instrumental de la versión original, a fin de no situar su sonido tan acusadamente en los ochenta).
- A Place with No Name (original).
- Slave to the Rhythm (2014, incorporando el puente instrumental de la gala de los Billboard Music Awards, en que se representó el holograma).
- Do You Know Where Your Children Are (original).
- Blue Gangsta (original).
- Xscape (original).
- En lo concerniente a las reediciones de aniversario de los álbumes de Jackson, en Bad 25habrían desaparecido por completo los remixes, siendo su listado (conformado por canciones, todas ellas, sin remodelar, conforme él nos las legó) el referido a continuación:
- Don't Be Messin' 'Round.
- I'm So Blue.
- Song Groove (AKA Abortion Papers).
- Free.
- Price of Fame.
- Al Capone.
- Las versiones francesa y española de I Just Can´t Stop Loving You.
- Y, muy previsiblemente, habría añadido a las anteriores Throwing Your Life Away.
- Propiciar, con mi aval, la publicación de Dangerous 25 en 2016, proveyendo del reconocimiento debido, todavía burlado, a las pistas:
- If You Don't Love Me.
- Serious Effect.
- She Got It.
- Work That Body.
- En Thriller 40 (2022), lo mínimo que deberíamos recibir del Estate -de descartes, por cierto, que no fueron oficialmente recogidos en Thriller 25 (2008), craso error de cálculo- tendría que ser lo siguiente (aunque, en honor a la verdad, este lanzamiento, yo, como tal, no lo habría autorizado: ¿qué se conmemora en un cuadragésimo aniversario? Habría resultado deseable aguardar al medio siglo, efeméride más redonda y efectiva en lo mercadotécnico):
- Nite Line.
- She's Trouble.
- Hot Street.