Gran aportación man, unos clásicos de la época desde luego.
Mi fiesta de los maniquies es mi favorita por lo bizarramente original que es la letra y su gancho melódico.
Pongo un tema y grupo emblemático-hoy lamentablemente casi olvidado por las nuevas generaciones (no será tu caso Siberian Husky)- en esa línea techno pop en la onda de los pioneros
Krafwerk e incluso
Devo:
Hoy día para nada lo es, indigesta de hecho q ni las sales de frutas que anuncian en esta precisamente, buuuf!
Sí. Memorable por lo dantesco de la respuesta del público fue un concierto que protagonizaron un buen día en Avilés, en un pabellón de deportes, donde, al presentar en sociedad su tema
Nuclear sí, a sus miembros les comenzó a arreciar, sin motivación alguna aparente, un aluvión de botellas de cristal, en cuyo interior se adivinaban agua y arena. Al parecer, el respetable allí presente no comprendía las pretensiones de una puesta en escena tan ornamentada como la dispuesta por nuestros amigos aviadores (y sus obreros especializados). "¡Mira que escenificar una puesta en escena original y transgresora, inspirada en las distopías de la ciencia-ficción literaria y cinematográfica! ¡Habráse visto en nuestro suelo!" -razonarían, presumiblemente-. "Un par de amplificadores, y punto en boca".
En fin: uno de los bajistas de la formación resultó herido, sangrando su cabeza a resultas del impacto de una de ellas. Denunciada la actitud irracional del auditorio, abogaron por hacer el petate y despedirse prematuramente del certamen, ante la magnitud de lo sucedido.
Y he aquí mi tributo a otro grupo un tanto sumido en el baúl del destierro en nuestro país por el devenir del tiempo, amén de la redefinición de las afinidades musicales de los sibaritas de la nueva generación, el cual no pudo emular, a lo largo de su trayectoria posterior, el éxito en las radiofórmulas del sencillo que voy a ilustrar, por la irregular confianza de sus discográficas en su proyección -aunque las malas lenguas, más o menos pérfidas según el cariz de la interpretación que se le brinde a tal hipótesis, apuntan a que su procedencia -valenciana, no madrileña- jugó un papel nada baladí en tan postrero desenlace: hablo de una de las bandas más emblemáticas del techno-pop valenciano -cuando en el Turia aún no se había entregado su industria musical a los excesos pendencieros, a comienzos de los noventa, de la ruta del bakalao-: de
Vídeo (1981-1989). Su voz principal, Pepa Villalba, pereció trágicamente en 2017, fruto de una larga enfermedad.