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Creen que hay algo más después de la muerte?

El informe mas exhaustivo que he visto con respecto a las ECM`s, posiciones a favor, en contra, es largo pero merece la pena consultarlo para quienes estén interesados.
No obstante, dejo la reflexión final:

Queda en el aire todavía la pregunta con que se introduce este trabajo: ¿Son las experiencias cercanas
a la muerte la base empírica que demuestra la existencia del alma?. Entendiendo por “alma” el sustrato de la
naturaleza que sea (espiritual, consciente, etc) que prolonga la vida de la persona más allá de la vida
biológica, la respuesta desgraciadamente es, que las ECM se producen de forma tan excepcional que resulta
muy difícil controlarlas científicamente. Esto genera una serie de discusiones sin fin, que impiden llegar a
conclusiones rotundas que satisfagan tanto a escépticos como a creyentes.



 
Y al hilo, mas breve:



Del último link:

Desde la primera perspectiva la alternativa es clara, o las ECMs no acontecen durante el estado de muerte clínica o, de hacerlo, durante ese estado debe existir algún tipo de actividad encefálica que lo permita, posiblemente residual, pero indetectable para la capacidad medidora de los dispositivos actuales. En consecuencia, cuando se define la muerte como ausencia de actividad encefálica (muerte cerebral), el término “ausencia” no debe interpretarse en sentido absoluto, total ausencia, sino tan sólo en el de ausencia de actividad registrable. Esta solución plantea graves interrogantes de orden ético a la práctica médica, porque tal hipótesis parece poner en entredicho el criterio médico utilizado en la mayoría de países para establecer la defunción de una persona y, por tanto, la moralidad y oportunidad de las acciones post mortem a ejercer sobre el cadáver, tales como la retirada de asistencias mecánicas, extracción de órganos para trasplantes o fijación del momento de las honras fúnebres.

Pero si, por el contrario, lograra establecerse con total certeza que las ECM acontecen durante el estado de muerte cerebral y, a la vez, que en dicho estado no hay actividad encefálica alguna, ello supondría una objeción insalvable para el paradigma neurocientífico dominante en la actualidad (monismo materialista). Semejante situación no sólo obligaría a su revisión, sino que abriría la posibilidad a su sustitución por otro más adecuado, de corte dualista, tal como propone, por ejemplo, el neurobiólogo John Eccles (Popper y Eccles, 1980). Semejante cambio de paradigma acerca de nuestra comprensión del cerebro, la mente y su interacción tendría, obviamente, consecuencias de enorme trascendencia para los más diversos campos del saber y la cultura actuales.
 
Última edición:
Lo que pasa es que -como te dije juncanf- la parte del artículo que corto&pegué arriba, es de lo mas preciso, analítico y concreto que se haya abordado nunca, por tanto deja idealmente expuesto el orden de cosas al respecto y ya- a partir de ahí qué se pueda avanzar y llegar lo mas posible (o incluso del todo) a esclarecer la cuestión nivel enigma, misterio.
:oops:
 
Y mas, estoy on fire ahora con este tema , lo admito, xp!

"Refutaciones y datos anómalos: Investigadores a favor de la interpretación trascendente respondieron señalando lagunas en la explicación materialista. En una carta de 2012, Greyson, Janice Holden y Pim van Lommel criticaron a Mobbs y Watt por ignorar datos difíciles de encajar en la visión puramente cerebral. Por ejemplo, mencionaron que la teoría de la anoxia no explica ciertos casos donde los pacientes no tenían hipoxia durante su ECM. Cuestionaron la comparación con alucinaciones patológicas, dado que las visiones de ECM suelen ser lúcidas, estructuradas y en muchos casos transformadoras, a diferencia de las confusiones típicas de episodios neurológicos (como crisis epilépticas del lóbulo temporal). En particular, citaron casos donde los pacientes obtuvieron información real durante la ECM que no podían conocer: por ejemplo, ver a un familiar fallecido cuyo deceso desconocían en vida, o detalles verificados de procedimientos médicos observados desde una perspectiva fuera de su cuerpo. Greyson y colegas compilaron un registro de 107 casos publicados de percepciones verificables durante ECM, afirmando que alrededor del 91% fueron corroboradas como exactas en lo que reportaron. Este porcentaje, de ser válido, desafía la idea de que se trate solo de alucinaciones aleatorias. No obstante, es justo señalar que muchos de esos informes provienen de testimonios retrospectivos y no de experimentos controlados. Revisiones sistemáticas posteriores han intentado filtrar la evidencia más sólida: una revisión de 2022 identificó únicamente 10 casos bien documentados en revistas médicas de “percepciones verídicas” durante ECM (por ejemplo, pacientes en paro cardíaco o bajo anestesia general que relataron luego algo ocurrido en su entorno físico). La conclusión es que, si bien existen algunos casos intrigantes, son extremadamente pocos en relación al total de ECM, y ninguno ha podido ser reproducido de forma prospectiva (por ejemplo, ningún paciente en el estudio AWARE logró recordar las imágenes ocultas colocadas estratégicamente para probar objetivamente la percepción extracorporal).
  • Cuestionamientos metodológicos: Los críticos también señalan que estudiar ECM tiene desafíos metodológicos enormes. No se puede inducir experimentalmente una ECM en laboratorio de forma ética (más allá de usar drogas psicodélicas como análogo parcial). Los estudios dependen de sujetos de casos clínicos impredecibles y de sus memorias tras la recuperación, lo que introduce posibles sesgos de recuerdo. Además, muchos supervivientes de paros cardíacos reciben medicamentos que pueden afectar la memoria (por ej., benzodiacepinas, anestésicos), complicando distinguir qué parte de la experiencia fue “real” y cuál pudo ser construida al despertar. Algunas revisiones enfatizan la necesidad de criterios rigurosos y definiciones claras: ¿qué cuenta exactamente como ECM? Por ello se han desarrollado escalas como la Escala de Greyson y más recientemente la NDE-C (Near-Death Experience Content scale) para estandarizar la investigación. Estas herramientas permiten comparar estudios, pero aún así cada ECM es única en narrativa. En 2019, un panel de expertos propuso incluso abandonar términos como “experiencia cercana a la muerte” si el paciente realmente estuvo clínicamente muerto, sugiriendo llamarlas directamente “experiencias de muerte” para diferenciar de aquellas situaciones donde solo se creyó estar muriendo. La terminología refleja el debate en curso sobre la naturaleza del fenómeno.
  • Balance de evidencias: Las revisiones de alta calidad generalmente concluyen con una posición moderada. Ni la hipótesis materialista ha sepultado toda posibilidad de aspectos no convencionales, ni las hipótesis trascendentes han convencido a la mayoría de la comunidad científica sin dejar dudas. Un ejemplo de consenso emergente es reconocer que durante un paro cardíaco el cerebro no cesa instantáneamente su función; puede haber destellos de actividad, y algunas experiencias conscientes podrían ocurrir en esa “zona gris” de la muerte clínica. Esto abre una ventana para explicar ECM sin apelar a lo paranormal, pero también amplía los límites de hasta dónde puede llegar la conciencia en estados extremos. En cuanto a las implicaciones médicas, revisiones en cuidados intensivos sugieren que los profesionales sanitarios deben estar al tanto de las ECM: algunos pacientes quieren hablar de esas experiencias y obtienen alivio al ser escuchados, y dado que no se asocian con patología psiquiátrica per se, deben tratarse con respeto y empatía, como parte de la recuperación integral.

En definitiva, las investigaciones críticas han sido valiosas para desmitificar ciertos aspectos (por ejemplo, mostrando que muchas características de las ECM sí tienen análogos neurofisiológicos conocidos) y para destacar las incógnitas restantes (como las contadas pero intrigantes experiencias verídicas extracorporales). Este escrutinio ha elevado el nivel de rigor en el campo, fomentando estudios más cuidadosos. Hoy en día, hablar de ECM en la literatura científica ya no es mero terreno de lo anecdótico o paranormal; es un fenómeno legítimo para explorar cómo funciona la conciencia en situaciones límite. Y aunque el debate no está resuelto, los escépticos serios y los investigadores abiertos al misterio coinciden en algo fundamental: la necesidad de más investigación interdisciplinaria, con mente abierta pero metodología estricta, para seguir revelando qué nos dicen las ECM sobre el cerebro, la mente y quizás sobre la condición humana al enfrentar la frontera de la vida".



 
Y mas, estoy on fire ahora con este tema , lo admito, xp!

"Refutaciones y datos anómalos: Investigadores a favor de la interpretación trascendente respondieron señalando lagunas en la explicación materialista. En una carta de 2012, Greyson, Janice Holden y Pim van Lommel criticaron a Mobbs y Watt por ignorar datos difíciles de encajar en la visión puramente cerebral. Por ejemplo, mencionaron que la teoría de la anoxia no explica ciertos casos donde los pacientes no tenían hipoxia durante su ECM. Cuestionaron la comparación con alucinaciones patológicas, dado que las visiones de ECM suelen ser lúcidas, estructuradas y en muchos casos transformadoras, a diferencia de las confusiones típicas de episodios neurológicos (como crisis epilépticas del lóbulo temporal). En particular, citaron casos donde los pacientes obtuvieron información real durante la ECM que no podían conocer: por ejemplo, ver a un familiar fallecido cuyo deceso desconocían en vida, o detalles verificados de procedimientos médicos observados desde una perspectiva fuera de su cuerpo. Greyson y colegas compilaron un registro de 107 casos publicados de percepciones verificables durante ECM, afirmando que alrededor del 91% fueron corroboradas como exactas en lo que reportaron. Este porcentaje, de ser válido, desafía la idea de que se trate solo de alucinaciones aleatorias. No obstante, es justo señalar que muchos de esos informes provienen de testimonios retrospectivos y no de experimentos controlados. Revisiones sistemáticas posteriores han intentado filtrar la evidencia más sólida: una revisión de 2022 identificó únicamente 10 casos bien documentados en revistas médicas de “percepciones verídicas” durante ECM (por ejemplo, pacientes en paro cardíaco o bajo anestesia general que relataron luego algo ocurrido en su entorno físico). La conclusión es que, si bien existen algunos casos intrigantes, son extremadamente pocos en relación al total de ECM, y ninguno ha podido ser reproducido de forma prospectiva (por ejemplo, ningún paciente en el estudio AWARE logró recordar las imágenes ocultas colocadas estratégicamente para probar objetivamente la percepción extracorporal).
  • Cuestionamientos metodológicos: Los críticos también señalan que estudiar ECM tiene desafíos metodológicos enormes. No se puede inducir experimentalmente una ECM en laboratorio de forma ética (más allá de usar drogas psicodélicas como análogo parcial). Los estudios dependen de sujetos de casos clínicos impredecibles y de sus memorias tras la recuperación, lo que introduce posibles sesgos de recuerdo. Además, muchos supervivientes de paros cardíacos reciben medicamentos que pueden afectar la memoria (por ej., benzodiacepinas, anestésicos), complicando distinguir qué parte de la experiencia fue “real” y cuál pudo ser construida al despertar. Algunas revisiones enfatizan la necesidad de criterios rigurosos y definiciones claras: ¿qué cuenta exactamente como ECM? Por ello se han desarrollado escalas como la Escala de Greyson y más recientemente la NDE-C (Near-Death Experience Content scale) para estandarizar la investigación. Estas herramientas permiten comparar estudios, pero aún así cada ECM es única en narrativa. En 2019, un panel de expertos propuso incluso abandonar términos como “experiencia cercana a la muerte” si el paciente realmente estuvo clínicamente muerto, sugiriendo llamarlas directamente “experiencias de muerte” para diferenciar de aquellas situaciones donde solo se creyó estar muriendo. La terminología refleja el debate en curso sobre la naturaleza del fenómeno.
  • Balance de evidencias: Las revisiones de alta calidad generalmente concluyen con una posición moderada. Ni la hipótesis materialista ha sepultado toda posibilidad de aspectos no convencionales, ni las hipótesis trascendentes han convencido a la mayoría de la comunidad científica sin dejar dudas. Un ejemplo de consenso emergente es reconocer que durante un paro cardíaco el cerebro no cesa instantáneamente su función; puede haber destellos de actividad, y algunas experiencias conscientes podrían ocurrir en esa “zona gris” de la muerte clínica. Esto abre una ventana para explicar ECM sin apelar a lo paranormal, pero también amplía los límites de hasta dónde puede llegar la conciencia en estados extremos. En cuanto a las implicaciones médicas, revisiones en cuidados intensivos sugieren que los profesionales sanitarios deben estar al tanto de las ECM: algunos pacientes quieren hablar de esas experiencias y obtienen alivio al ser escuchados, y dado que no se asocian con patología psiquiátrica per se, deben tratarse con respeto y empatía, como parte de la recuperación integral.

En definitiva, las investigaciones críticas han sido valiosas para desmitificar ciertos aspectos (por ejemplo, mostrando que muchas características de las ECM sí tienen análogos neurofisiológicos conocidos) y para destacar las incógnitas restantes (como las contadas pero intrigantes experiencias verídicas extracorporales). Este escrutinio ha elevado el nivel de rigor en el campo, fomentando estudios más cuidadosos. Hoy en día, hablar de ECM en la literatura científica ya no es mero terreno de lo anecdótico o paranormal; es un fenómeno legítimo para explorar cómo funciona la conciencia en situaciones límite. Y aunque el debate no está resuelto, los escépticos serios y los investigadores abiertos al misterio coinciden en algo fundamental: la necesidad de más investigación interdisciplinaria, con mente abierta pero metodología estricta, para seguir revelando qué nos dicen las ECM sobre el cerebro, la mente y quizás sobre la condición humana al enfrentar la frontera de la vida".


Más novedades y descubrimientos interesantes aquí.
Es interesante que incluso los escépticos reconocen que durante un paro cardíaco el cerebro no se apaga de golpe y que pueden ocurrir “destellos de conciencia”. Esto abre nuevas posibilidades para entender cómo funciona la mente en situaciones extremas y nos hace cuestionar hasta dónde puede llegar la percepción humana.
 
Mas sobre la hipótesis de la inmortalidad cuántica vinculada a la de los muchos mundos.


EDIT: para añadir un humor un comment feedback que viene a decir: ¡mecachis, he muerto pero sigo con las mismas responsabilidades, xp!
 
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