Las preguntas son respuestas (final):
El hombre cargado de prejuicios, ignorante, tiende a hablar; el individuo auténticamente formado prefiere siempre la pregunta. Vivimos en una sociedad cargada de discursos todo el mundo habla, todo el mundo tien una opinión sobre cualquier tema. No se busca saber, sino tener razón. Sin embargo no nos equivoquemos, el auténtico conocimiento no está en las respuestas sino en las preguntas; en realidad, resulta mucho mas difícil preguntar que contestar, pues quien pregunta es quien realmente sabe. Preguntar exige una apertura al mundo, un darse cuenta de nuestras propias carencias, un no olvidar aquello que no sabemos, y por tanto ser capaces de la mirada crítica, que es la puerta del comprender. El famoso adagio socrático de: "solo se que no se nada".
Adentrémonos, pues, en el mundo de las preguntas, de la duda, la reflexión, del conocimiento en fin, del escuchar serenos y receptivos opiniones contrarias a las nuestras porque nos iluminan y enriquecen. Volvamos a pensar volvamos a a ser, en definitiva, auténticos seres humanos.